«Bastante trabajo y bastante intenso». Así es como define Maia Guglietta su paso por el Sónar como estudiante en prácticas del Postgrado Gestión de eventos culturales, deportivos y corporativos de la UOC. «He podido vivir el festival en primera persona y me gusta. Me gustaría seguir en ese ambiente», dice Guglietta, quien asegura varias veces que su intención es trabajar en eventos. Consciente de que hay que empezar por abajo, se ofrece como asistente de manager. «Aquí he conocido a gente que trabaja de ello y obviamente seguiremos en contacto».
Esto es exactamente a lo que se refería el presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), Pascual Egea, cuando defendió en un reportaje reciente de El País que colaboraciones de este tipo no tienen por qué ser necesariamente remuneradas. Eso sí, siempre que se esté proporcionando un aprendizaje al estudiante sobre su futura profesión. “No veo mal que un estudiante de periodismo ayude en el departamento de comunicación. Otra cosa es el abuso y que el voluntario asuma responsabilidades para las que no está preparado y que le quite el trabajo a un profesional”, decía Egea entonces a la periodista Alba Moraleda.