Izah
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Alicia Keys, entre los EpicConcerts de Izah

Cuando uno se fija en la voz desbordante de personalidad que posee Izah, parece mentira que hasta los veintiséis años no se convenciera de la necesidad de pedir a sus padres que la fueran a ver cantar en directo. Y no se trataba de una cuestión de desvinculación familiar, o de falta de interés, sino que hasta entonces no se había sentido preparada.

Izah nació en Manchester en el seno de una familia dedicada a la ciencia y de pequeña se trasladó a vivir a Barcelona, donde empezó a asistir a clases de canto y a practicar con su voz. Uno de los primeros conciertos que recuerda fue cuando sus abuelos la llevaron a ver una audición de su tía, Silvia Hernández, una pianista de clásico. Se hacía en la sala pequeña de algún auditorio y, aunque la Izah de diez años no fuera muy consciente de las piezas que escuchaba, se quedó alucinada. “Era la primera vez que veía a mi tía delante de un piano, en su mundo, y me impresionó como me transportaba a mí y como se transportaba ella; mi tía ya no era mi tía”. Después del concierto hasta le escribió una carta explicándole cómo la había emocionado.

Izah hace una pausa para reflexionar y después comenta que pensar en música clásica le ha recordado la primera película entera que vio en el cine, Fantasía. Debía tener tres años y, aunque la cinta de Disney es una hora y pico de música sin diálogos, se quedó inmóvil en su asiento.

Pasó su infancia entre la escuela de música y los talent shows de la escuela primaria, y con quince años empezó a cantar con su primer grupo, The Blackout, con quienes interpretaba composiciones propias y versiones de artistas como Jamiroquai o Santana. Con ellos también hizo su primer concierto, o el primero que recuerda. “Era en la fiesta mayor de Palautordera, tocábamos a las dos de la mañana y ninguno de nosotros tenía carné. Un padre nos tuvo que llevar y esperar a que acabáramos; era peor que tener que llevar a tus hijos al fútbol.”

En algún momento de su adolescencia, Izah también asistió al primer concierto en el que supo que estaba presenciando algo realmente grande: Alicia Keys. La artista tocaba en el Sant Jordi Club con la gira Songs for a minor tour 2002. Izah fue con una amiga y rememora cómo le costó ahorrar para la entrada. “Me dejé la pasta para conseguir unos asientos malos, pero cuando salí de allí dije «quiero ser como ella»”. Aunque ahora recalque que ya no siente lo mismo por la música de Keys, en su apogeo adolescente hasta quiso aparecer en las cámaras que grababan el exterior del concierto para decir: “He estado aquí”.

Después de un tiempo con el grupo Agüita Fresca, en 2013 Izah editó su primer EP en solitario, Izahblues, que presentó en Jamboree, la mítica sala de Barcelona. Ese fue el momento elegido por ella para pedir a su familia que la fueran a ver porque se sentía preparada y la sala lo merecía; acudieron sus padres y sus abuelos. Izah reconoce que, mientras cantaba, estaba más nerviosa por la presencia de su familia que por tocar en un lugar legendario para ella. Después del concierto, su abuela, la misma que de pequeña la había llevado a ver a su tía, se le acercó y le confesó que había llorado de emoción todo el rato.

En 2015 Izah publicó Now or never (Little Red Corvette), un disco que la afianzó como la princesa del soul, y durante su carrera ha colaborado con músicos de la talla de Toni Xuclà o Aqeel. También ha tocado en el Palau de la Música y en Festival Mas i Mas .Su próximo concierto será en Barcelona el próximo 25 de noviembre en el marco del festival Músiques Sensibles, que se lleva a cabo en el Liceu.