ODS
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June Calvo-Soraluze: Música para transformar el mundo

El pasado sábado 29 de septiembre se celebró el festival Global Citizen Festival en Nueva York como final de una semana intensa, donde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (conocidos por sus iniciales ODS) acordados por la ONU han sido los protagonistas principales.

Estos ODS son 17 sueños, 17 objetivos que aprobaron 193 países de todo el mundo en 2015 y que tienen la misión de transformar nuestro mundo mejorando la vida de todos/as para el año 2030, con el compromiso de no dejar a nadie atrás. Incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el respeto al medio ambiente, la educación, la igualdad de género o el diseño sostenible de nuestras ciudades. Se enfocan en cinco ejes principales: las personas, el planeta, la paz, la prosperidad y las alianzas.

Algunos pueden tildar de utopía estos objetivos. Pero, como dice Eduardo Galeano, «las utopías nos sirven para avanzar». Durante esta semana se han podido escuchar mensajes inspiradores y emocionantes que ayudan en el camino a alcanzar estas metas. De hecho, con el lema de que todos somos ciudadanos del mundo, el festival del sábado estuvo lleno de música, así como de mensajes significativos.

El evento musical y social comenzó con Janelle Monáe denunciando la violencia sexista y lanzando un mensaje de apoyo a todos/as los/as supervivientes de abusos sexuales. Shawn Mendes pidió a la audiencia que había que empezar a actuar por los 264 millones de niños/as a lo largo del mundo que no pueden acceder a educación. Cardi B instó a acabar con la extrema pobreza. John Legend alegó la justicia racial y pidió a los políticos que cumplieran y siguieran con su compromiso de garantizarla. Janet Jackson demandó igualdad, denunciando además la falta de justicia, la intolerancia y los malos tratos.

Las poderosas palabras de todos los artistas permanecieron muy presentes durante toda la noche mientras activistas y líderes mundiales pedían entre actuación y actuación el fin de leyes sexistas, la desigualdad educativa y otras injusticias. El legado de Nelson Mandela estuvo también muy presente durante el festival para honrar el centésimo año desde que nació el legendario activista de los derechos humanos.

Y todo ello en un contexto musical. Porque el rol de la música, como idioma universal, tiene una labor crucial en la transformación, empoderamiento y unión de las personas. Ya lo dice Bono de U2: la música puede cambiar el mundo porque puede cambiar a las personas. En consecuencia, la música puede hacer que repensemos el modelo de desarrollo que tenemos y que los objetivos mundiales de desarrollo sostenible lleguen a todos/as de forma creativa y cercana.

Los ODS son globales. Es decir: sirven para todos, independientemente del país; pues las problemáticas que vivimos, en mayor o menor medida, son parecidas. El Global Citizen Festival y la semana dedicada a los Global Goals, se convierten en una especie de emblema significativo para concienciarnos y sensibilizarnos, pero la magia creada durante la pasada semana no se puede olvidar. Una vez que las luces se apagan tenemos que seguir trabajando día a día para poder alcanzar esos objetivos, cada uno desde su ámbito, desde su localidad, desde su entorno más próximo. En este sentido, la música tiene una labor crucial.


Potenciar los objetivos de desarrollo sostenible a través de la música creada por artistas locales es uno de los caminos a seguir. De esto trata el proyecto que estamos intentando llevar a cabo a través de crowdfunding. Una iniciativa con una visión global, pero actuando desde lo local. Un proyecto que pretende lograr la unión de muchas personas con un mismo fin común: transformar un poco nuestro mundo, el mundo de todos/as, a través del idioma universal, el idioma de las emociones, el idioma que todos/as entendemos: la música. Pero no podemos hacerlo solos, necesitamos a muchas personas que crean en ello. Así que, ¿te unes al movimiento?

Más información sobre el proyecto en http://goteo.cc/amalur