Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez
Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez

Cristian Pascual (In-Edit): «Nos gusta estar en medio de las dos industrias»

Los de cine hablan de cine y los de música hablan de música. Pero hay un evento que consigue unir a fans y profesionales de ambas industrias: el festival de documental musical de Barcelona, más conocido como In-Edit. En sus quince años de historia han hecho ediciones en más de 10 países, han llegado a más de 80.000 espectadores y han emitido más de 600 documentales. Esta edición comenzará mañana 25 de octubre y acabará el próximo 4 de noviembre. Paralelamente también realizarán edición en Madrid, la más grande hasta la fecha, del 1 al 4 de noviembre. Hablamos con su cabeza y su alma, Cristian Pascual, en sus oficinas de Vallcarca.

 

In-Edit cumple con esta 16 ediciones. ¿Cuáles son los retos a nivel empresarial ahora que el proyecto ya ha alcanzado la madurez?

El principal reto es estabilizarse. A diferencia de los festivales de música, que tienen otro tipo de financiación, los festivales de cine son muy frágiles per se. Porque cada año tienes que reconstruir todo el modelo financiero y buscar nuevos patrocinadores, nuevas ayudas, etc. Con lo cual siempre hay una incertidumbre que complica mucho el medio y el largo plazo. Ese es siempre el gran reto. Además el año pasado fue una edición complicada por el contexto que vivíamos, por lo que este año hemos tratado de recuperar la situación de hace dos años y seguir diversificando servicios para no depender solo del festival: hemos lanzado una ticketera para eventos audiovisuales, tenemos otro festival sobre moda, también distribuimos y producimos… El festival está bastante sano, pero tiene estas particularidades económicas que lo hacen muy complicado. No podemos depender de él.

Porque cada año es volver a empezar casi de cero.

Cada año es nuevo. Cada año es resurgir de la ceniza. Volvemos a construir el presupuesto de cero y no hay una estabilidad asegurada. Se consume mucha energía simplemente en construir las bases. A veces tenemos un patrocinio o una ayuda a medio plazo, pero eso es muy atípico. Entonces estamos siempre construyendo de cero en un tipo de acontecimiento que no es sostenible solo con entradas. Y esa dependencia de terceros siempre te da inseguridad.

Y además, lo comentabas tú mismo, el año pasado y este están siendo un poco convulsos: la situación de Catalunya, el traslado a otros cines, la marcha del principal patrocinador… ¿Al mal tiempo buena cara?

Totalmente. Menos mal que hace cinco años que comenzamos una transición a nivel empresarial con la introducción de las nuevas vías de negocio que te explicaba. Porque si toda la tormenta del año pasado nos hubiera pillado hace seis años, no lo hubiéramos contado seguro. No lo hubiéramos podido aguantar. Caímos aproximadamente en un 25% de público… Sobre el patrocinador, habíamos hecho un plan de contingencia para la salida de Beefeater, porque entendíamos que en uno o dos años iba a ser complicado tener nuevas marcas, y de hecho es lo que está ocurriendo. Pero era necesario darle un barbecho a un patrocinio de naming.

¿Y este año?

Este año ya hay otro tipo de escenario. Dentro de lo enrarecido, que aún hay ciertas cosas que colean, sí que notamos un poquito de, no te diré alegría, pero sí cierta normalidad. El público se está volviendo a acercar, las marcas vuelven a acercarse… Quiero pensar que 2017 fue un año especialmente atípico. Porque creo que nosotros caímos en el peor momento dentro de todo el proceso soberanista. Realmente es que no había estado de ánimo para salir al cine. Yo no quería abrir el cine, no quería ni ver la tele. Pero es lo que hay, no pasa nada. Seguimos de pie, seguimos vivos, pues pa’lante, no queda otra.

 

Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez
Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez

 

La música y el cine se quieren. Yo lo veo a diario con los videoclips, por ejemplo. Cada vez son más increíbles, algunos son obras de arte. Quizá ya lo habéis hecho pero molaría ver en un festival proyecciones de videoclips guays.

Nosotros hemos tenido muchas veces el dilema de qué hacer con el videoclip y como festival hemos decidido no ir por ese camino, igual que hemos decidido no ir tampoco hacia la banda sonora. Y te explico por qué. Hubo un momento, cuando queríamos diversificar, que nos hacíamos la pregunta de a qué nos dedicábamos nosotros. ¿Éramos un festival de audiovisual y música o había otra tesis detrás? El camino que hemos tomado es que hay otra tesis detrás.

¿Qué tesis?

Lo que siempre decimos es que el In-Edit no va de la música, va de la vida a partir de la música. Esto quiere decir que utilizamos la música para definir una sociedad, para explicar una historia real, y eso, en general, no es lo que busca un videoclip, que está más cerca de la ficción. Y nuestro territorio está más cerca de la realidad y de la divulgación. De hecho, cuando hemos diversificado nos hemos ido a los documentales de moda y no hacia el videoclip. Que evidentemente hay cosas muy interesantes, y es algo que siempre hemos tenido ahí. Pero yo creo que el videoclip tiene que estar muy justificado en este festival. Por ejemplo hacer un especial de la productora Canadá podría tener mucho sentido porque si lo miras desde el punto de vista documental de cómo está retratando a una sociedad pues bueno, puedes haber cosas muy interesantes ahí. Pero tendría que tener siempre esta lectura. Y sí, cine y música siempre se han querido mucho. Además, desde el año 2000 el documental musical ha empezado a tomar mucha más forma, también coincidiendo con los cambios del consumo musical. Toda la parte audiovisual ha ganado mucho más peso en estos últimos años, y la documentación sobre los artistas que te interesan también.

¿Documentación?

Cuando ya no te basta con escuchar un disco y quieres saber más. Antes te conformabas con el libreto, pero llegó un momento en el que los fans se leían las biografías de los artistas, se veían los documentales sobre su vida, se leían las revistas, etc. Se recurría a una serie de información adicional para completar la visión que se tenía de ese artista. Ahora estamos en un momento absolutamente audiovisual, por lo que videoclips, programas online, películas, series, etc, son el gran vehículo. Estamos viviendo en los últimos años una vuelta de tuerca en el formato: la gente está escuchando casi más música en youtube que en spotify. Con lo cual el videoclip se ha convertido en la gran arma. Quien tiene dinero se gasta todo su presupuesto en un videoclip para que lo vean 50 millones de personas. ¡Pues lógico! Son plataformas internacionales, son la posibilidad de tener audiencias increíbles… Son otros tiempos. Muy visuales. Para bien y para mal.

Para bien y para mal…

Porque el visual te da muchas cosas pero también te quita otras.

¿Qué te quita?

Yo creo que te puede quitar una capa de descubrimiento personal. De imaginación. De aquello que te tenías que acabar de construir tú porque había información que te faltaba. El visual te lo da muy cerrado y también tenemos que tener cuidado con esto. ¡Y te lo dice alguien que se dedica al visual! Pero a mi me gusta precisamente el género del documental porque te plantea muchas preguntas. Al final, no tener todas las respuestas es importante.

 

Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez
Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez

 

La próxima edición empieza YA (decimos el ya exactamente a la vez). Me han llamado la atención dos propuestas: la proyección de Apolo, la juventud baila y el pre-estreno del nuevo programa de El Bloque TV, que de hecho se graba en Apolo.

El documental de Apolo es un caso interesante porque tuvimos dudas de si lo podíamos meter en competición nacional o no porque usa la ficción. Pero al final decidimos que sí porque la ficción se utilizaba para explicar hechos históricos. En este caso nos parecía una licencia que sí que sumaba en la historia. Se ha programado por méritos artísticos pero además coincide con el 75 aniversario del Apolo, sala con la que a veces colaboramos. Y además El Bloque se hace en Apolo, efectivamente. Hay cierta conexión.

Todo encaja.

Y a ver, el tema del Bloque (coge aire). Es una pequeña semilla que estamos plantando porque hace tiempo que seguimos lo que están haciendo. Es otro lenguaje, es otro territorio, hay que salvar mucho las diferencias entre lo que entendemos como documental musical y entre lo que está haciendo la gente del Bloque. Pero a mi, como director del festival, siempre se me generaba la duda de si es posible explicar la actualidad a partir del documental musical. Porque es un género que necesita un tiempo de maduración y un recorrido. Normalmente el 90% suelen aparecer cuando el hecho musical ya ha pasado, ha madurado y se ha digerido. Entonces hay alguien que quiere lanzar una tesis de por qué ocurrió aquello. Hay muy pocos documentales que te capten una escena actual y que tengan la mirada lo suficientemente amplia como para hacer algo que no sea absolutamente onanista.

(Me río).

Y decíamos qué pena que exista este impedimento de explicar lo que está ocurriendo en los últimos cinco o diez años. Entonces, el tema de los tv shows creemos que puede ser una solución. El magazine, sea online, televisivo, o de cualquier formato, creo que puede ser una respuesta o cómo mínimo un intento a responder cómo se está registrando la contemporaneidad musical. A mi el tema del Bloque me parecía muy relevante a nivel de música urbana porque son ellos los que están hablando con los artistas en el momento en el que está ocurriendo. Cada programa no te da una explicación completa en algo pero si que te está ayudando a entender un fenómeno musical, que es a lo que nos dedicamos en In-Edit.

 

¿Éramos un festival de audiovisual y música o había otra tesis detrás? El camino que hemos tomado es que hay otra tesis detrás.

 

Otro formato de programa televisivo que no tiene nada que ver con El Bloque es La Hora Musa. Ya tocaba la vuelta de la música en vivo a la televisión, ¿verdad?

La música y la cultura en general ha sido muy relegada a lugares muy escondidos. Está bien que que esto vuelva y que se pueda quedar. Yo les deseo mucha suerte. A nivel cultural este país se va vaciando poco a poco. Llevamos unos años muy complicados y hay que recuperar el tiempo perdido o si no esto no tirará.

Estas dos no son las únicas creaciones nacionales. Y hay mucha representación autonómica también.

Siempre intentamos eso. Hay documentales gallegos, por ejemplo, como el de Novedades Carminha. Este muy especial porque es el making off de una canción, pero hay algo en cómo está rodado, que es en la intimidad del grupo… Se pueden extraer muchas ideas. Como documental, es extraño. Pero también buscamos eso, que el documental musical se desarrolle y crezca como género, y que no se quede ahí arrinconado. Creo que hemos contribuido a visibilizarlo, no te diré a normalizarlo, pero como mínimo a visibilizarlo. Y ojalá que sigan viniendo más documentales nacionales porque es una de las misiones que teníamos como festival. Y sobre el resto de las propuestas, antes de recomendar yo una u otra, mejor diría que la gente le dedicase diez minutitos a perderse en la web para elegir lo que mejor va con ellos, porque es una decisión muy íntima.

En Netflix también hay un catálogo de documentales musicales que es para perderse ahí, por cierto.

Le están dando caña así que deduzco que es algo que está funcionando a nivel… sus datos jaja. Por una parte es buena noticia y por la otra me lo tendré que mirar un poco de reojo. Porque al final estas plataformas son muy cerradas en política de estrenos. Y a veces un documental que podría ser cabeza de cartel del festival puede ser que se vaya en exclusiva a este tipo de plataformas. Dentro de lo posible, vamos a intentar crear las máximas alianzas con este tipo de plataformas. En cualquier caso, siempre es positivo que la gente vea documentales de música. Nosotros como festival tenemos que encontrar nuestro lugar porque quizá hace diez años teníamos una función, ya que estos contenidos no estaban en la red, y ahora quizá tenemos otra función. Creo que tenemos que ser complementarios a esa mirada más global y más masiva; y apostar por cosas más locales y más exclusivas, y operar en ese nicho. Tal vez me equivoque pero creo que hay espacio para todos. Porque al final el documental musical es tan universal, ¿no? Que es muy difícil que no te guste uno, quizá no te gustan todos, pero uno te va a gustar.

 

Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez
Cristian Pascual, de In-Edit | Fotografía de Paula Pérez

 

Entonces, este debate de Netflix, el streaming, el multipantalla y tal… ¿Ya está superado, no?

¿Tú crees? Yo no creo que esté superado realmente. Yo siempre he sido partidario de superarlo. De hecho creo que somos el único festival que tiene una plataforma de vídeo on demand propia, también tenemos una colaboración con Filmin, hemos hecho estrenos misma hora mismo día online y en el cine, etc. Tengo una estrategia multipantalla porque creo que a la gente no podemos exigirle demasiado y decirle ‘ven al cine porque si no vienes nunca vas a poder ver este contenido’. Porque cada uno es libre. Y hay gente que prefiere verlo en su casa, pues yo no puedo obligarles a que vengan al cine. Lo que sí que puedo hacer es procurar que la experiencia en el cine sea diferente a verlo en casa.

En el festival hay un vermutillo…

Sí, te tomas algo y hay un DJ… Y luego compartes espacio con 500 o 1000 personas… Bueno. Tiene su rollo. Este es un poco el valor diferencial respecto a verlo en casa. Pero igualmente hay una lucha encarnizada entre los exhibidores y las plataformas: si por ley tiene que haber una ventana de cuatro meses entre que una peli se estrene en cines y en plataformas, se está discutiendo ahora, por ejemplo. No es un tema baladí. Creo que el debate no está superado porque el choque de fuerzas está ahí. Siempre se genera una especie de enfrentamiento ficticio entre lo que es digital y analógico y luego llega un momento en el que hay una simbiosis y se llega a la conclusión de que una cosa no es mejor que la otra, sino que se complementan y hay que encontrar la manera de que puedan convivir. Todavía se está buscando ese encuentro. Pero claro, competir con gigantes como Netflix y Amazon…

Pero es lo que hablábamos, tú ofreces la experiencia. Es lo mismo que Spotify y los conciertos…

Hasta que Netflix abra cines. Igual que ahora Amazon abre tiendas… Hay que estar atentos a cómo va porque igual Spotify se alía con Live Nation y empieza a hacer conciertos… ¡Yo qué sé! Pero bueno, ya lo veremos. No soy futurólogo.

Para acabar, ¿alguna reflexión que se te haya quedado en el tintero?

Hay una cosa que a mi me llama la atención del In-Edit que es que el hecho musical normalmente queda englobado en la industria musical. Pero el documental musical tiene una cosa fantástica que es que otra industria, que es la del cine, se encargue de registrar ese hecho musical. Y por tanto se hace a veces una barrera muy interesante y es donde nosotros queremos jugar, ahí en medio entre esas dos industrias que tienen caminos diferentes, objetivos diferentes, métodos diferentes… Yo al principio siempre decía que para la gente de la música somos un festival de cine y para la gente del cine somos un festival de música. Y esa sensación durante los diez primeros años nos generaba un poco el ser el patito feo, digamos. Nos costaba encontrar el lugar porque creíamos que teníamos que pertenecer a una de las dos industrias. Y una etapa bonita del In-Edit comenzó cuando nos hemos dado cuenta de que no hacía falta. Al final nos hemos gustado en esa tierra de nadie.

 


 

En APMusicales.com estamos entrevistando de manera presencial a personalidades relevantes de la industria musical que, basándose en su experiencia, tienen un punto de vista diferente sobre un tema de actualidad. Hemos entrevistado ya a Astrid Rousse en las oficinas del Sónar, a Jordi Vidal en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya, a Alicia Álvarez rodeada de skaters en la estación de Sants, a Cristina Garrote en las oficinas de La Cúpula, a Miguel Tudanca recién llegado a Barcelona y a Xenia Rafi en las oficinas de The Project. Y pronto publicaremos más entrevistas.

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