Turismo y sostenibilidad en la industria del directo

La Asamblea de APM ha acogido este año una mesa redonda sobre turismo y sostenibilidad en el mundo de la música en vivo. En ella participaban Francesc Colomer, secretario de Turismo de la Comunidad Valenciana, Jacobo Sutil, director de la Agencia Gallega de las Industrias Culturales, Xavier Marcé concejal de Turismo e Industrias Creativas del Ayuntamiento de Barcelona, y como moderadora Maca Arena, de APM.

Festivales como marca turística

Francesc Colomer ha sido el primer ponente en exponer como trabajan desde la Comunidad Valenciana. Hay muchos datos que avalan el papel de la música y festivales en lo que es la marca turista y lo que representa la promesa de territorio turístico que quiere ser la Comunidad Valenciana. El año pasado aprobamos la ley de turismo ocio hospitalidad que consagraba los festivales como destino turístico de primer orden. Esa ley consagró el código ético mundial de turismo de sostenibilidad, vertebración del territorio. “Hemos sido la comunidad pionera en tema de legislar en clave de código ético mundial y elevar la música como un atributo de primer nivel y clave turística”. Hasta ahora no había algo así, aunque los festivales fuesen de interés local, autonómico y nacional, no había protección para ellos. 

La música sigue siendo un gran reto en la “comunidad de las mil bandas de música”. Tener un recurso es tener poco, trabajarlo y comercializarlo es el trabajo que valoramos. Colomer lo valora como “Elemento singular y global. Conecta con nuestra identidad de tierra de músicos. Somos una especie de incubadora de futuros turistas”. Pone de ejemplo a jóvenes que vinieron hace 25 años al FIB, peregrinando para ver a su banda favorita, en la actualidad han vuelto ya con familia, van a hoteles, se compran segundas viviendas, etc. “La mejor inversión de futuro. Es una manera de fidelizar”, prosigue Colomer. 

Mediterranew Fest

La mejor apuesta por la sostenibilidad es apostar por la calidad. No nos puede valer cualquier evento. Se ha creado la marca Mediterranew Fest, que filtra y cualifica a los festivales con compromiso por código ético y sostenible, introducir seguridad jurídica, y equiparar a los festivales a las fiestas patronales. Codecidir, innovar y pelear juntos por nuestra reputación, que es algo que nos preocupa muchísimo.

Festivales como motores económicos

Xavier Marcé, da las gracias por haber escogido Barcelona como ciudad sede de la asamblea, y quiere dar tres cuestiones que quiere fijar.

La primera que el ayuntamiento de Barcelona está mirando de poner en el mapa político un concepto que parece obvio pero siempre ha estado escondido, cual es el perímetro de actuación de los festivales, ya que no solo son culturales, ya que también son económicos. Ese juego no se puede trabajar solo con políticas culturales si no también económicas. 

Segunda, en Barcelona hay un debate complejo sobre turismo, 7 millones de visitantes al año, es un problema en referencia a la calidad. Atraer a alguien que viene por una propuesta interesante. “Un festival con personalidad nos ayuda a explicar la ciudad, una deslocaclizacion simplemente nos trae gente es algo que se debe reflexionar», comenta Marcé.

Compromiso medioambiental, social y laboral

Tendencia a pensar que la sostenibilidad es solo medioambiental pero también está el compromiso social y el laboral. Un festival tiene que ayudar a educar al ciudadano. La parte medioambiental es obvia, hemos avanzado mucho pero debemos trabajar en todo lo demás. 

«Los festivales crean mucho trabajo estacional, por lo tanto hay que poner en valor y mostrar las buenas prácticas. Hay una cuestión que me parece evidente es un proceso de transformación pero en el futuro cada vez deben estar mas adecuado a los criteros de pensamiento de las nuevas generaciones», recuerda Marcé. 

Pasa el turno a Jacobo Sutil, que dirige la Agencia gallega de Industrias Culturales. Hace años tenían ayudas para festivales y hace dos años decidieron crear una marca, llamada Fest Galicia para agrupar a festivales con unas caracterisitcas determinadas, importes empresas privadas y desarrollados en una época concreta del año.

«Crear un grupo de festivales a los que exigir unas caracterisitcas y cuando estos lo vayan asumiendo. Hay pocos festivales de gran formato, singulares en espacios patrimoniales y mas o menos turísticos, tenemos dos considerados de gran formato», comenta Sutil.

Francesc Colomer, Xavier Marcé, Maca Arena y Jacobo Sutil

Festivales como impacto económico

Sutil aporta que a través de los festivales se debe trabajar no solo la parte cultural si no también el turismo, la sostenibilidad y política lingüística. En el ámbito cultral muchas veces se habla de la parte artística pero no se habla del impacto económico, que es muy grande. «Es muy importante mostrar que si lo generan, sobre todo para las administraciones», recuerda Sutil.

Maca Arena saca el tema de como los futuros turistas pueden mejorarán el impacto que tienen en la actualidad. Colomer comenta la idea de que los festivales han reinventado la Comunidad. Teníamos 120 años de historia turística y nos hemos reinventado varias veces y la ultima renovación ha sido a través de los festivales. “Recuerdo cuando presentamos el FIB, somos el pueblo donde hace varias décadas dimos el festival Francisco Tarrega, tenemos uno de jazz y uno de blues y esto nos refresca, rearma. Una marca vive y habita en la voluntad de reinvención”. 

Como comentaba antes Colomer recuerda que los festivales son una extraordinaria marca de marketing, además de fidelizar al público que ha venido de joven. “La tolerancia de la ciudad anfitriona es algo fundamental. Si descubren hospitalidad, pero también el estilo de vida de ser y estar en el mediterráneo, interpretan el territorio, gastronomía y paisaje. Vienen buscando a su grupo de culto y descubren muchas cosas más”. Asimismo recuerda que con los años, como ha dicho Marcé antes están los futuros asistentes que viven cada más consientes, sostenibles y cercanos.

Xavier Marcé, anima a preguntarse al público porque algo tan evidente como que venga mucha gente a mi ciudad es problemático.“ Tenemos que preguntarnos que hemos hecho mal o que hemos hecho bien. Hay cosas que se tienen que cuestionar no es lo mismo una ciudad turística y una con turistas”. Marcé asegura que desean lo segundo, “el conjunto de las piezas deben establecer un dialogo con el visitante para que nos sintamos cómodos todos”. Esto decanta también saber cual es papel que como concejal me gustaría que llevarán a cabo los festivales de mi ciudad, deberíamos establecer en este patio de intereses mutuos. Que quiero que aporte un festival a Barcelona: Primero, personalidad. Segundo, que sea una plataforma para poner en el mapa el talento local, y tercero, ser un diálogo establecido con el asistente que compra la entrada, que permita llegar a saber que podemos hacer el año que viene para mejorar y vuelva, no solo ser una transacción comercial. “Tengo que ser algo singular y ver como interactuar”. 

Aquel que viene tiene que tratar de como ciudadano, no como turista, son unos matices que aunque parece que no tengan importancia pero cuando se trabajan adquieren una gran importancia estratégica.

Por útimo, Marcé remarca también el tema ruido vs vecinos. Es una gran responsabilidad ciudadana, “si yo me compro una casa donde antes había una sala de música, debería firmar un papel en que el acepto vivir ahí, porque ya tiene un derecho adquirido”, hay que trabajar estos asuntos.

Jacobo Sutil, por su parte comenta que «todos tratamos de tener turistas con gasto diario mayor pero dentro de los festivales, una parte importante es contar con la estructura local, no solo técnica, si no de músicas. Es importante crear estrategias para la exportación de talento local a través de los festivales sentir que todo el sector es uno.

Francesc Colomer y Xavier Marcé

Sostenibilidad

Arena, presenta ahora el tema de la sostenibilidad: «los festivales se plantean un reto. La crisis climática va exigir cambio en sus sostenibilidad». Este cambio no lo van a poder hacer solos, tendrán que ir acompañados de las administraciones.

Para Marcé habrá que pensar enlos festivales como agente preescriptor, se tendrán que adaptar al cambio de mentalidad.» En la gastronomía por ejemplo, tendremos que ver como hacer de comida de un tipo u de otro. También veremos las propuestas de alternativas de transporte, y las nuevas relaciones con el publico». A partir de ello se sacan unas pautas que cada festival trabaja y se autoimpone y acaba también dándole singularidad. Hay que trabajar el potencial educativo que tiene un festival.

Según Sutil, los festivales van por delante de las adminsitraciones. «En Galicia, encontramos ya festivales con comida solo de celíacos, también uno que promueve la repoblación forestal. Nosotros no podemos valorarlo el impacto directamente pero es algo que nos anima a seguir apoyando al sector. Aunque la normativa va avanzando cada vez mas vemos como los festivales van primero y son un gran ejemplo».

Por último, Colomer apunta: «No especules, mide. Es algo muy viejo pero es necesario para que la experiencia del usuario sea mejor». Hay que trabajar para que sea seguro, sostenible etc. Las administraciones tendrán que crear arquitectura de una gobernanza democrática más que nunca para entre todos pactar en como será el festival del futuro, en clave de sostenibilidad. «Si no avanzamos en está temática ni querremos organizarlos ni tendremos público que quiera venir a un festival con plástico, ruido y desconexión de asuntos sociales. Sin olvidarnos también del talento local y la cuota femenina, como ya trabajamos en Mediterranew Fest».