Esta semana recupero un directo que tenía archivado en mis listas de YouTube. A veces me da por buscar hits clásicos para ver cómo funcionaban en vivo. Con esta actuación me quedé pegado a la pantalla. Con cada nuevo segundo esperas lo inesperado. Es imposible saber por dónde va a tirar Sinead O’Connor (53). Esta expectativa engancha. Percibo genio y locura a partes parecidas. Me asusta y me atrae.
La irlandesa, nacida el 8 de diciembre del ‘66, es todo un carácter. Tras una infancia movida, con padres separados a sus 8 años y varios cambios de escuela, en el ’84, con 18 años, formó su primera banda: Ton Ton Macoute. Poco después compuso su primer tema propio con The Edge (U2). A los 20 años y embarazada de 7 meses estaba acabando de grabar su primer disco en solitario. En el 89 llegó este pelotazo, “Nothing compares 2 U”, en forma de canción compuesta por Prince. En el ’92 siendo la invitada del SNL quiso denunciar los abusos a niños en el seno de la iglesia rompiendo y lanzando a cámara una foto del Papa Juan Pablo II… etc etc… Su historia musical y personal tiene tantas idas y venidas que uno se pierde. En el 2017 subió un video a Facebook que nos recordó que ella sufre: «La enfermedad mental es como las drogas, no le importa nada quién seas» decía en su muro. Lo último que he leído de ella es que en 2018 se convirtió al Islam. No sé qué importancia tiene esto, pero se me quedó grabado.
En fin, me pregunto qué sabremos de Sinead O’Connor en el futuro. Es inesperado y quizás por eso me atrae.