Para Rafa Sánchez, «un concierto es un lugar mucho más seguro que un avión». En una charla con Apmusicales, cuenta cómo fue su reciente experiencia en plena pandemia en concierto, pero también sus futuros planes tras el final de La Unión, con un disco en solitario que verá la luz en 2021 y su posible gira de presentación.
PREGUNTA: ¿Es complicado hacerse oír con una nueva propuesta hoy por hoy?
RAFA SÁNCHEZ: El problema está más en la difusión del pop para el público de mi edad, que no está acostumbrado a las redes. Lo hablaba con Íñigo Zabala, exmiembro de La Unión y presidente de Warner. Me comentaba que estaban muy perdidos, porque el negocio cambia constantemente, que ahora todas las promociones se basaban en influencers. Un trapero en cuestión de meses tienen 200.000 seguidores y Sabina igual tiene 24.000 siendo un personaje público, conocido, que ha girado por toda Latinoamérica.
PREGUNTA: ¿Sientes que los artistas maduros habéis quedado fuera de las mecánicas de acceso al público?
RAFA SÁNCHEZ: Sí, sobre todo por la direccionalidad de medios tan poderosos como la televisión. Puedes ser un artista consagrado pero no interesas casi en ningún programa. Lo que funcionan son los «talent shows». Echo en falta espacios musicales como los que había hace años, pero es algo que empezó con los derechos de autor, cuando el minuto en televisión se pagaba tan caro, y las cadenas empezaron a dejar de hacer esos programas, que salían muy caros. Eso ha llevado a una pérdida de interés por parte del público.
PREGUNTA: ¿Es también un problema en las emisoras de radio?
RAFA SÁNCHEZ: Sí, están los «call outs», que si no entras en ciertos gustos también te quedas excluido de radios muy jóvenes como Los 40. Resulta muy difícil llegar a la gente aún teniendo una buena canción.
PREGUNTA: La suerte es que La Unión tenía un público fiel que probablemente te seguirá. ¿Qué piensas?
RAFA SÁNCHEZ: Eso espero. En directo, cuando tocas ves que esa gente sigue ahí. Tuvimos la fortuna de hacer la mayoría de nuestros éxitos cuando solo había dos cadenas y te veía todo el país. Eso mantuvo vivo al grupo. Cuando tocas aquellos temas como Sildavia o Fueron los celos, el concierto se viene arriba.
«Hay que lanzar canciones como si compraras billetes de lotería»
PREGUNTA: En ese sentido, ¿cómo te has planteado tu estrategia discográfica?
RAFA SÁNCHEZ: Creo que hay que lanzar canciones como si compraras billetes de lotería, porque en un momento determinado puede que estés en el sitio adecuado y en el lugar oportuno. Voy a ir goteando singles hasta junio si me da tiempo y, si no, septiembre, cuando lanzaré el disco físico. Uno de los temas tiene un aire ochentero y es una metáfora de cómo gente de mi edad se acaba acercando a gente más joven para absorber su esencia y sus maneras, de manera positiva, como inspiración.
PREGUNTA: ¿En este disco te has propuesto «vampirizar» a algún talento joven? No sé si has escuchado lo que Ana Torroja ha hecho junto a Miss Caffeina…
RAFA SÁNCHEZ: Me encantaría hacerlo para llegar a otro público. Aún no he escuchado este tema de ambos, pero con Miss Caffeina de hecho grabé una canción compuesta por Alberto Jiménez y con producción de Juan Sueiro. Por alguna razón no llegamos a acabarla, pero creo que eso está todavía por andar. Además me veo reflejado de alguna forma en Miss Caffeina. Me parece que Alberto tiene esas dotes de «crooner» que yo tenía y que tengo, además de ciertas similitudes entre el grupo con La Unión, salvando el tiempo y los estilismos. Habría sido una colaboración muy natural y orgánica.
«Tengo la esperanza de que en septiembre se puedan hacer cosas, no solo porque estén permitidas, sino porque la gente ya no tenga miedo»
PREGUNTA: ¿Cómo se plantea para ti este año en cuanto a conciertos?
RAFA SÁNCHEZ: Quiero ser optimista, aunque creo que va a tardar. Tengo la esperanza de que en septiembre ya se puedan hacer cosas, no solo porque estén permitidas, sino porque la gente ya no tenga miedo.
PREGUNTA: ¿Hay que animar a la gente a volver a los conciertos?
RAFA SÁNCHEZ: A ver si con las vacunas podemos retomar algo más. Hay que partir una lanza, porque de los sitios más seguros donde se puede estar hoy es viendo algo de artes escénicas. Un concierto es un lugar mucho más seguro que un avión. En el metro y en el autobús vas codo con codo con otras personas.
PREGUNTA: ¿Has percibido esas reticencias entre el público?
RAFA SÁNCHEZ: Hice hace poco mi primer concierto después de un año. Puse invitaciones de regalo y hubo mucha gente que me dijo que le encantaría ir, pero que no podían ir porque estaban confinados. En realidad noté mucho miedo. Es algo que creo que se ha generado en el día a día de los informativos con tanto covid. Hay personas que vivien solas y ya empiezan a estar en un punto mentalmente enfermizo, gente que me dice que ha perdido un año de su vida y que son mayores, por lo que «no les quedan tantos».
PREGUNTA: ¿Qué tal fue esa experiencia en plena pandemia?
RAFA SÁNCHEZ: Creo que en un teatro se podía haber estado funcionando porque hay muchos controles y se toman medidas a granel. Todos los del escenario habíamos pasado una PCR. Creo que la mascarilla y la higiene funcionan, porque desde que empezó esto yo no he pillado ni una gripe. Además, nadie se mueve del sitio y la gente es muy responsable.
«Me consta que hay gente de la música que está en las colas del hambre»
PREGUNTA: ¿Y cómo ha llevado tu equipo el parón?
RAFA SÁNCHEZ: Han sido meses duros para ellos. Son los que más han pagado la pandemia. Las estrellas podemos tener ahorros para continuar y, como en mi caso, aprovechar para la composición y la grabación, pero hay una ristra de gente del equipo (roadies, mánagers, músicos…) que al final son temporeros y gente asalariada. Me consta que hay gente que está en las colas del hambre.
PREGUNTA: ¿Has tenido que formar nueva banda para acompañarte o es el mismo equipo de La Unión?
RAFA SÁNCHEZ: Me sentí muy honrado porque cuando anuncié el fin del grupo todos me llamaron. Yo les dije que iba a seguir y que, si querían, no tenía ningún problema. Fermín Villaescusa sigue en los teclados y Mario Cea en la guitarra. Llevábamos varios años con bases y sin batería, pero la he recuperado con Ángel Olivares, que es un crack, un clásico de los escenarios. Por último, el benjamín, que será el bajista que suplirá a Luis Bolín, es Adrián Bartol. Tiene un reloj en cada dedo, un tempo espléndido.
PREGUNTA: ¿Y tú cómo te ves: te gusta más tu voz ahora que en tus primeros años con La Unión?
RAFA SÁNCHEZ: Me gusto mucho más ahora, aún con sus limitaciones. Hay canciones de entonces que parecía que estaba rabioso. Obviamente después de 36 años de escenario mi voz no llega donde antes. Tengo que respirar a mitad de la frase, porque el tiempo no pasa en balde. Hay todavía grupos que utilizan el sistema de monitoraje con cuñas, pero yo dejé de gritar y empecé a cantar cuando aparecieron los «in-ears», porque me oía bien sin estar todo el tiempo pendiente de que se acoplara el micro.
PREGUNTA: Y en cuanto a nivel de actividad, ¿seguiremos viendo al Rafa Sánchez que se recorría el escenario de punta a punta o a uno más tranquilito?
RAFA SÁNCHEZ: Voy a cambiar un poco. Estoy pensando tomar clases de baile, porque la puesta en escena tiene que ser especial. También estoy trabajando en los fondos de pantalla por eso. Quiero retirarme de esto dejando un buen sabor de boca.