«La industria no siempre me ha tratado bien», lamenta Vega de soslayo en una charla con Apmusicales por la publicación de Mirlo blanco, su nuevo disco, que habla entre otras cosas de sobreponerse a las dificultades, ya provengan de la salud, del machismo o del mercado. La cordobesa salta esta misma semana de nuevo a la carretera.
PREGUNTA: ¿En qué momento te diste cuenta de que tenías un nuevo disco entre manos?
VEGA: Esto no estaba hecho para ser un disco. Cuando se canceló la gira previa de Diario de una noche en Madrid (2020), decidí seguir haciendo música. Con el paso del tiempo fueron surgiendo melodías y tras la primera ola aparecieron como 4 o 5 temas desarrollados, pero no me gusta sacar discos por sacar. Entonces empecé a mirar mis archivos y me di cuenta de lo que tenía de antes y de que sí había un disco.
PREGUNTA: ¿Cómo se te ocurrió la metáfora del Mirlo blanco?
VEGA: Tienen un trino que van perfeccionando, algo propio e identitario que no copian de la naturaleza. Para mí cada disco lo entiendo como un perfeccionamiento de mí como artista. Luego lo que pasó es que vi un mirlo blanco y me pregunté si yo lo era.
PREGUNTA: ¿Te consideras una especie rara?
VEGA: No soy rara. Puedo tener mi sello propio y haber logrado sobrevivir todo este tiempo a solas con mis hermanas, aún cuando la industria hay muchas veces que no me ha tratado bien. Pero no me siento rara. Sí que sentía que me he hecho mayor y que me han salido las canas, como el plumaje blanco de ese mirlo.
PREGUNTA: En este disco tratas por ejemplo la salud mental y tu situación como persona PAS (altamente sensible). ¿Es la profesión del artista terreno abonado para sufrir altibajos?
VEGA: Es posible que sí. Siempre he dicho, un poco en broma, que todos los artistas estamos tocados del ala, que dentro de la genialidad hay una parte de locura bien entendida. Y el artista tiene una parte de exposición hacia fuera en la que parece que todo es bonito, pero también otra hacia dentro que es dura por las horas en soledad. Yo por eso no quería ser artista solista y ya llevo 15 años con mi banda.
«La vida del artista es dura por las horas en soledad. Yo por eso no quería ser artista solista y ya llevo 15 años con mi banda»
PREGUNTA: ¿Tú cómo gestionas tus redes y el odio que desprenden algunas de ellas?
VEGA: Ese ‘hate’ lo hubo en mis redes durante un tiempo. Desapareció porque me llamaban la reina de los bloqueos. Luego pasé a desatenderles y luego la cuenta de Twitter pasó a ser meramente informativa. La gente que va a leerme porque le interesa lo que le tiene que interesar de mí como música sabe dónde encontrarme.
PREGUNTA: Con Bipolar has reclamado más recursos para atender los trastornos mentales…
VEGA: La sanidad en general no tiene recursos suficientes. Si te rompes una pierna, haces rehabilitación. Para mí esto es igual y, para prestarle atención, es importante poder encontrar la ayuda. Hoy por hoy, hasta el que no puede, hace por poder y nos dejamos una pasta por esa ayuda profesional. Es un drama para quien se lo puede permitir.
PREGUNTA: Padeciste covid-19 al principio de la pandemia. ¿Sufriste secuelas en la garganta?
VEGA: Me dio una alopecia brutal que me trataron, pero la voz gracias a dios quedó intacta y creo de hecho que en este disco estoy más enérgica.
«He tenido ofertas de compañías, pero a los 5 minutos de reunión, me doy cuenta de que prefiero seguir así»
PREGUNTA: Siendo una artista que presume de su independencia, ¿cómo gestionas las distintas parcelas de la vida musical?
VEGA: Al crecer el proyecto, no nos daban las manos, por eso Ernesto Muñoz es mi mánager y la comunicación se la dejo a Pablo Camuñas. Mis hermanas y yo nos quedamos con la parte discográfica: la producción del álbum, la fabricación, la publicidad…
PREGUNTA: ¿Y no has tenido tentaciones de dejarlo todo y volver a las multinacionales?
VEGA: He tenido ofertas, pero a los cinco minutos de reunión y de escuchar que es más lo que no puedo hacer que lo que puedo hacer, me doy cuenta de que prefiero seguir así.
PREGUNTA: ¿Cómo vive una artista como tú, que cuenta con sus propios medios, la cancelación de una gira como la de Diario de una noche en Madrid a causa de la pandemia?
VEGA: Es muy difícil. Fíjate que tengo a mucha gente que depende de que yo me suba a un escenario, de gira viajo con 9 personas, más los que hay detrás. Es gente que ha estado parada y yo no dejaba de pensarlo, porque para muchos es el único sueldo que entra en casa.
«Ahora es difícil encontrar backliners o gente que venga con las furgonetas de gira»
PREGUNTA: ¿Crees que esto ha puesto el acento en lo imprescindibles que eran?
VEGA: Sí, con manifestaciones como las que hubo, emprendidas por gente a la que nadie echa cuentas pero que son necesarios y que han tenido que cambiar de trabajo. Ahora es difícil encontrar backliners o gente que venga con las furgonetas porque lo han tenido que dejar. También músicos. Te los encuentras haciendo otras cosas que no les gusta tanto y para las que no tienen la misma experiencia, pero cuando el hambre aprieta…
PREGUNTA: ¿El bono cultural llega tarde?
VEGA: De hecho, debería haber llegado mucho antes de la pandemia.
PREGUNTA: ¿Ganas de volver a los escenarios?
VEGA: No te haces una idea, es lo que más me apetece.
«Donde más copias vendo al final es en los conciertos»
PREGUNTA: ¿Por qué arrancar en acústico con esos cinco shows en formato íntimo?
VEGA: Para mí es una muestra de gratitud. Si sigo aquí es porque tengo un público megafiel que compra mis discos y al que me gusta devolver ese cariño. Les hace ilusión que el día que sale el disco hagamos lo de la firma y vernos. Para mí es una relación personal. Además, así les doy algo que durante la gira no podrán escuchar, con los temas a pelo.
PREGUNTA: ¿Ese tipo de citas te sirven para estimular las ventas?
VEGA: Soy una artista que aún vende discos en físico, lo cual también empieza a ser algo raro fuera de lo mainstream. Yo siempre les digo a mis fans que lo compren la primera semana para hacer ruido. No sé si ha sido por eso, pero todos mis trabajos desde que soy independiente han debutado en el número 2 o 3, sin campañas millonarias, y eso me da alegría en el pechito. Aunque yo donde más copias vendo al final es en los conciertos.
PREGUNTA: ¿Y qué hay de las preventas?
VEGA: Para mí son claves. Además me sirven para hacer un estimado de destocaje en las tiendas, porque a mí no me van a coger todos los discos que yo quiera, como a las multinacionales. Son casi como un crowdfunding muy cortito, que me sirve para ver lo que puedo hacer. Y vendiendo discos, puedo cubrir la parte de la producción y promoción.
«Todos hemos encontrado problemas y los encontraremos porque hemos salido en estampida a tocar a la vez»
PREGUNTA: ¿Has percibido el embudo de reservas en salas de conciertos para tocar?
VEGA: Todos hemos encontrado problemas y los encontraremos porque hemos salido en estampida a tocar a la vez. El mercado antes venía con un flujo natural: cuando unos estaban, otros estaban parando. Había una dinámica natural que lo equilibraba todo. Tras un parón tan largo como este, salimos todos a la vez.
PREGUNTA: ¿Qué consecuencias puede tener, más allá de las dificultades para encontrar espacio?
VEGA: Primero es perjudicial para los artistas, para todos, porque vendas mucho o poco, las audiencias se reparten. También lo es para el público, porque igual le coinciden varios eventos el mismo día, la misma semana o el mismo mes y tienen que elegir.
PREGUNTA: ¿Cómo decidisteis manejaros ante ello?
VEGA: En realidad estamos en los mismos aforos de antes. En Madrid por ejemplo tocaremos en Barceló, que es donde encontré fecha y es un espacio habitual para mí.
Vega arrancará su nueva gira con toda la banda en marzo, con citas como la del día 4 en Valencia (Rock City) y otras como las de Barcelona (día 5, Apolo 2), Córdoba (11, sala Hangar) y la capital (18, Teatro Barceló).
