Juanlu Vela

Un descalabro económico

Artículo del director de Mercury Wheels, Barnaby Harrod, publicado en el ‘IV Anuario de la Música en Vivo’

En toda la historia de la industria del directo español, ninguna medida nos ha afectado tanto como la subida del IVA del 8% al 21% aprobada en julio de 2012. La frase suena apocalíptica, pero por desgracia no es ninguna exageración. Desde que entró en vigor en septiembre del mismo año, la venta de entradas ha caído un 28,9% respecto al año anterior. Y me temo que es solo el principio de una debacle que nos afecta muy profundamente a los promotores.

Aun a riesgo de aburrir voy a explicarme con cifras exactas. Para compensar esta subida de IVA, hay que aumentar el precio de entrada en un 16,45%. Imaginemos una entrada a 20 euros para una sala de 1000 personas. Cuando se aplicaba un 8% de IVA sobre 1000 personas, el IVA sumaba 1600 euros, con lo que nuestra facturación neta quedaba en 18400 euros (a lo cual hay que aplicar luego un 10% para SGAE que, por cierto, también es la tasa por derechos de autor más alta de Europa). Para generar los mismos 18400 euros debemos subir la entrada de 20 a 23,3 euros (23,29 para ser exactos). Es decir, una subida de 16,45%. A este precio en la misma sala de 1000 personas, la facturación alcanza los 23300 euros, a los que restar el 21% de IVA (4890 euros) para conseguir que la facturación neta por el mismo trabajo siga siendo de 18400 euros.

Pero, ¿Cómo vamos a subir las entradas cuando nadie tiene un duro en el bolsillo? Así que lo único que queda es ofrecer menos dinero a las bandas. Sigo con el ejemplo: para un grupo que actúa en salas de 1000 personas con un precio de entrada, habrá que rebajar la oferta 3290 euros, la diferencia que se nos va entre el IVA al 8% y el IVA al 21%. Y aquí hablamos de un grupo pequeño, que obviamente tendrá mucho menos incentivo para tocar en España, pero la ecuación se repite para todo tipo de bandas. El que metía 5000 personas a 30 euros perderá 25000 euros, al que mete a 10000 a 35 euros le ofreceremos unos 57.500 menos y, para el grupo grande que mete 60000 personas en un estadio a 50 euros, ¡la oferta será de unos 500000 euros menos por concierto!

¿Cómo va a competir España con los demás mercados, mucho más amables fiscalmente con la cultura? Nuestros vecinos franceses tienen un IVA de entre el 5% y el 7% y en Portugal es un 13%. ¿Cómo competir si los demás mercados pueden ofrecer desde 13000 euros más para una gira de un grupo pequeño hasta medio millón de euros más para una banda más gorda? Es imposible. Y en estas estamos todos los promotores.

Cuesta creer que el Gobierno haya estudiado bien esta medida. Una entrada para un concierto no es un producto de primera necesidad y subir el precio reduce la demanda y compromete el futuro del sector. Sin público al que complacer, los promotores haremos menos conciertos, alquilaremos menos salas, contrataremos menos empresas de producción, reservaremos menos espacios publicitarios, reservaremos menos hoteles. En definitiva, toda la cadena de consumo que genera un concierto se perderá, y en este camino se quedarán muchas empresas y puestos de trabajo. En Holanda y Portugal, después de aplicar medidas similares, se rectificó. Solo nos queda la esperanza de que en España se imponga el sentido común y ocurra lo mismo.

El texto de Barnaby Harrod se publicó en APMusicales el 13 de julio de 2014 y ha sido otro de los contenidos históricos más leídos. Por desgracia, más de dos años después, sigue perfectamente vigente, y el problema arrastra consecuencias de todo tipo, como explicábamos entonces aquí.