Un largo camino por delante

Artículo del director de La Rock Entertainment, Marcos Calvo, para el IV Anuario de la Música en Vivo

Han pasado muchos años y seguimos llamando a las puertas de las marcas comerciales para que apoyen a nuestros artistas y nuestros proyectos musicales. Algo (poco) en estos años se ha avanzado pero, a mi entender, queda un largo camino por recorrer, por nuestra parte y por la de los directores de marketing y directivos de las compañías para que algún día lleguemos a un entendimiento de win-win en esto del patrocinio.

Muchos han sido los fracasos y las desilusiones que se han gestado en estos años: mánagers o promotores que no han entendido que la marca estaba allí para buscar un beneficio y no solo por poner su logotipo en un cartel; y marcas que entendían que habían comprado al artista y que desde ese momento era «suyo». Cuesta encontrar ese formato ideal, pero la primera condición para conseguirlo es un profundo conocimiento del sector y evitar mucho intermediario, cosa que en este negocio siempre genera desencantos.

En definitiva, ¿dónde está el acuerdo ideal? Como decía, un win-win parte de la base que cada uno de los agentes tenga claro cuál es su objetivo, qué busca, qué beneficio espera de la relación. Cómo evaluar la colaboración, aquí está el gran caballo de batalla, según mi experiencia. Se han analizado cientos de casos ya realizados y en cada uno de ellos la satisfacción se mide de diferentes formas.

Tenemos que avanzar en nuevos formatos, en nuevos planteamientos e innovar. Todavía encuentro mánagers y promotores que me piden que les busque un patrocinador para un concierto sin saber qué quiere, o esperando que el patrocinador ponga dinero por aparecer, como mucho, en un lado del cartel y en las entradas. Y con esta mentalidad, pues mal vamos. Hemos de entender que las marcas necesitan de la música y de los artistas más que nunca como vehículo para comunicarse con sus clientes, y que tenemos que plantear la manera de llegar a buenos acuerdos con fórmulas y proyectos atractivos. También hay que educar al artista a que no solo cobra por la foto, sino que tiene que participar y hacer creíbles las acciones, de manera que todos se beneficien. Este es un buen momento para caminar juntos, la música y las marcas han de encontrar esas ideas, esas fórmulas que nos lleven a crear un negocio sólido y rentable.