Para escuchar mientras lees:
Los fans de Madonna tenían este martes 10 de marzo señalado en rojo en su calendario. Era la fecha en que se iniciaba la preventa de entradas del concierto del próximo 24 de noviembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Poco más de 30 horas de ventaja para los miembros de su club de fans para ser los primeros en hacerse con tan preciados tickets. Una política de premios que es habitual y que, como no podía ser de otra manera, recibe una acogida masiva por parte de los fans. Como botón, el caso de U2, que logró colocar uno de sus conciertos como el más vendido de la semana en el ranking de Ticketmaster cuando las entradas generales ni tan solo había salido a la venta. ¿Pero cuál es el papel de los clubs de fans y por qué merecen una posición tan privilegiada?
«Para las promotoras, un club de fans es una vía de comunicación oficial paralela. Desde la compañía podemos hacer llegar la información de cada uno de nuestros conciertos a una base de datos genérica y muy amplia, pero sabemos que a través de estos clubs garantizamos que la información de un artista o grupo en concreto llegará a la mayor parte de su público», explica Marisa Vázquez desde el departamento de marketing de Live Nation.
La mayor parte de clubs de fans nacen por el impulso individual de los seguidores de un artista, que de este modo pretenden organizarse y estar en primera línea de información de su grupo favorito. A pesar de esta apariencia de amateurismo, Vázquez asegura que la mayor parte de organizadores de los clubs tienen «una jornada laboral paralela» dedicada en exclusiva al artista de turno. «Están muy pendientes de todo lo que pasa con su cantante, contactan con fans de otros países y a veces nos dan información a la que no podríamos acceder de ninguna otra manera».
Sistema de recompensas
Todo este trabajo de organización e información tan valioso tanto para promotoras como para artistas acaba teniendo recompensa en forma de privilegios, como la preventa de entradas, la creación de sorteos con material exclusivo e, incluso, la organización de encuentros privados con el artista en cuestión. «Cuando se dan situaciones así solemos trabajar codo con codo con el club para organizar el acceso al meet & greet. Por su parte, las discográficas también suelen prestar material para sorteos», cuenta Vázquez.
Dos formas de funcionar
Las redes sociales y las nuevas formas de comunicación han cambiado el modo en que se crean y organizan los clubs de fans. Actualmente podemos encontrar dos modelos. El primero es el que el club de fans está organizado por el propio artista, que se encarga de crear su propia base de datos con sus seguidores a nivel mundial. ¿Cómo lograrlo? A través de su propia página web y con la comunicación directa vía redes. «En este sistema las promotoras no tenemos el control ni los datos del club de fans. Es el propio artista quien conoce qué base de seguidores tiene en cada país y, en función de eso, decide el porcentaje de entradas que puede poner en la preventa». Es el modelo utilizado por Madonna o U2. En el caso de ‘la reina del pop’, muchos de sus fans llegan incluso a pagar por formar parte de su club. A cambio, pueden escuchar sus singles antes que nadie, conseguir material exclusivos, etc.
Pero los casos de Madonna y U2 representan a dos grupos de larga trayectoria, con una base de seguidores que ha crecido con el tiempo. ¿Qué sucede con los grandes booms? Ahí entra el modelo 2 de organización, con el ejemplo paradigmático de One Direction. «El fenómeno OD es tan bestia que han surgido centenares de clubs de fans sin que haya ninguno oficial», recuerda Vázquez. En este caso, fue la propia discográfica la que tomó las riendas antes de la llegada de su gira a España en 2014 para organizar los clubs que había y facilitarles la vida en unos días de absoluta locura para ellos.