Aleix Ramoneda
Foto: Andrea Font

Aleix Ramoneda: «Las relaciones son lo que más importa en este sector»

“Yo he tenido una infancia totalmente normal, pero este no es un trabajo con horarios normales, y eso desgasta”. La frase es de Aleix Ramoneda, hijo de Tito Ramoneda, cofundador y presidente ejecutivo de The Project. Encabeza uno de los principales reportajes del último Anuario de la Música en Vivo. La dijo en enero de 2018 con 22 años en el que encuentro con varios representantes de la segunda generación de promotores que la publicación propició en la sala BARTS. Unos días antes, lo habíamos entrevistado en solitario. Estas son algunas de las cosas que nos dijo:

Desde pequeño he tenido muy cerca el mundo de la música y los conciertos. Siempre iba con mi padre arriba y abajo. Incluso nos íbamos de gira. Todo aquello lo veía como algo muy normal. No me generaba ningún interés en especial.

Durante años, estudié piano y solfeo. Hoy, cuando tengo un mal día, toco un rato. Si estoy bien no me apetece tanto. Me sirve sobre todo para descargar energía. Nunca lo he hecho como si fuera algo a lo que pudiera dedicarme.

En cambio, hace cuatro o cinco años, trabajé en la barra de un concierto de verano. Era en Girona y tocaba Joaquín Sabina. Ese fue mi primer contacto profesional en un directo. Ahí empezó todo.

Un poco más adelante, ayudé a Sergi Roselló en un show en el Palau Sant Jordi. Él tenía mucho trabajo y me encargaba tareas pequeñas como ir a buscar carteles, recoger muebles, preparar camerinos, y de paso me ganaba unos eurillos… Poco a poco pasó de ser algo eventual a ser algo más habitual.

Lo compaginaba con los estudios de Publicidad, Marketing y Relaciones Públicas. Y un día empecé a hacer pequeñas producciones: en Luz de Gas, en la sala Apolo… Poco a poco fui asumiendo más responsabilidades. Hoy trabajo a toda mecha. Eso sí, me lo tomo como una etapa de aprendizaje y formación.

De hecho, el mundo de la empresa siempre me ha interesado, pero no tengo claro que quiera acabar siendo promotor. Y eso que impresiona ver que puedes montar algo desde cero y hacer que la gente disfrute. En un concierto las personas pueden revivir emociones y experiencias que tenían guardadas desde hacía años.

Aleix Ramoneda
Foto: Andrea Font

Hace poco, durante un concierto vi a una mujer desconsolada. Las canciones que sonaban le recordaban a su marido, que había fallecido hacía ya veinte años. Estaba triste y a la vez emocionada. Hay muy pocas cosas que te puedan hacer sentir así. La música es especial, desbloquea. Y además te da la oportunidad de conocer a mucha gente de todo el mundo. En mi caso hablo de los profesionales que van de gira. Es muy bonito trabajar codo con codo con toda la crew y sentir que has aportado ese grano de arena para que el show salga adelante.

Los días de producción son muy intensos. Hay de todo: risas y broncas. Estas últimas, de hecho, te permiten aprender. Cuando yo hago algo mal, se me queda grabado. Una vez, por ejemplo, se me olvidó comprobar si un piano estaba afinado a 440hz. El artista estuvo a punto de no tocar. Al final todo salió bien, pero eso no me ha vuelto a pasar.

En este sector los vínculos personales son muy fuertes: entre promotores, mánagers, proveedores y artista. Lo económico es muy importante, claro, pero desde mi punto de vista las relaciones lo son mucho más.

Como parte del equipo de producción, tu responsabilidad es hacer que todo funcione. Desde el equipo de sonido que habrá encima del escenario hasta el café que quiere el artista a las 19:35h, ni un minuto antes ni uno después. Todo es importante y eso me fascina. Te obliga a estar al 200%.

Las personas que realmente me han marcado en este camino, además de mi padre y sus socios Joan y Iñaki, quienes me dieron la oportunidad de empezar en The Project, son Sergi Roselló, la primera persona con quien trabajé en producción; y Manel Miquel, con quien he aprendido muchísimo.

A día de hoy he dejado a un lado la producción y he empezado mi camino en el management con Gabriela Richardson, conocida por ‘Hundred miles’, el tema con el que irrumpió en escena en 2015. Se trata de un auténtico hit del que es coautora con Yall, que ya ha superado los 230 millones de reproducciones en streaming y que se certificó como single de oro en diez países, así como single de diamante en otros cuatro, incluido España. Además, lo compagino con un Máster en Gestión del Negocio de la Música en IMB International Music Business School y el Conservatori del Liceu.