Hace algunas semanas, recibimos un comentario en nuestras redes sociales que inicialmente nos resultó gracioso, pero al cabo de unos días nos dio en qué pensar. El comentario decía “Por favor parad ya de anunciar conciertos, me voy a tener que vender un riñón para poder ir a todos”.
Buenas noticias para el sector: el calendario de eventos presenta un panorama espectacular. Pero la oferta para el público es tan grande, que la gran mayoría de los usuarios inevitablemente han de escoger a qué concierto ir… (o venderse un riñón). La economía de los jóvenes y las familias, ya sufre los efectos de la crisis y toca ser selectivo ante la saturación de la oferta musical y de ocio en general.
Esto nos hace pensar, ¿hacemos suficiente para que ese esfuerzo que hacen los fans se vea recompensado?
Sabemos que todas las venues tenemos mucho trabajo por delante para hacer que esa experiencia que ofrecemos al público cada vez que nos visita, se convierta en un recuerdo inolvidable, sin “peros”. El viaje del cliente empieza mucho antes de que llegue a nuestro recinto y es evidente que no podemos controlarlo todo, aunque la mayoría no sea consciente de ello, y nos señalen cuando algo no va bien antes de su llegada.
Pero mirando hacia atrás, nos hemos dado cuenta de que la mayoría de los esfuerzos se han traducido en mejoras implantadas dirigidas al bienestar del público, porque queremos que su experiencia sea mejor, y disfruten cada vez que nos visiten.
Este año hemos estrenado web (palausantjordi.barcelona y estadiolimpic.barcelona). Porque su experiencia empieza antes de venir, hemos ampliado los apartados que ayudan a los usuarios a preparar su visita: más respuestas a sus consultas, consejos, un canal más accesible de contacto, una navegación más eficiente, una web viva que se adapta a las necesidades de los usuarios, en la que practicamos la escucha activa, porque sin su voz no podríamos estar a donde hemos llegado . Estas webs incorporan otra de las innovaciones más importantes del 2022: el acceso digital de menores. Un proceso que permite agilizar su entrada, sin tener que realizar doble cola de control a su llegada y ahorrar en miles de impresiones de las autorizaciones. Otra de las novedades es el apartado para Personas con Movilidad Reducida, un espacio para que estas personas puedan solicitar con anticipación el servicio de acompañamiento hasta su localidad, acción que nos permite dimensionar el volumen de asistencia de este colectivo y planificar la ocupación y necesidades de los visitantes PMR. Una oferta gastronómica más adaptada, que incorpora intolerancias, preferencias y estilos de alimentación (celiaquismo, veganismo…).
Todo ello integrado en una gestión más respetuosa con el medio ambiente (vasos re-utilizables, mayor concienciación sobre la recogida selectiva y malbaratamiento
de alimentos …). La certificación Biosphere evidencia nuestro compromiso de gestión alineada con la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Y no olvidemos la seguridad: la proyección en el marcador central de los nuevos vídeos de emergencia según configuración del evento, contribuyen a reforzar la comunicación en caso de evacuación. Estos vídeos forman parte de una programación del marcador central, que incluye publicidad y entretenimiento antes del concierto.
Seguimos trabajando para que nuestros recintos sean más cercanos e inclusivos para todos. La señalización en braille, la accesibilidad de los recintos y nuestra participación en un programa de Cultura para colectivos con riesgo de exclusión social, son proyectos en los que estamos plenamente implicados y forman parte del compromiso social de la Anella Olímpica.
Pero volviendo al contexto actual, no perdamos de vista el escenario que nos está tocando vivir: una guerra, la crisis energética, económica y el cambio climático. Si la pandemia nos obligó a ser creativos para que la música siguiera llegando hasta los escenarios, ahora nos toca hacerlo de una manera más sostenible. Conciertos “eco-friendly”: este es el compromiso de muchos artistas que pretenden minimizar el impacto negativo medioambiental de las giras. Promotores, venues, productoras, proveedores, público, hemos de trabajar, educarnos e implementar con urgencia las medidas necesarias para que la sostenibilidad no sea un esfuerzo, sino nuestra realidad.
Ya estamos viendo la llegada de giras que incorporan acciones enfocadas a la reducción de la huella de carbono. Pero no podemos dejar que esta responsabilidad venga únicamente de los tours, nosotros como gestores de recintos, hemos de ser capaces de contribuir con nuevas ideas, planes de mejora, inversiones.
Si en 2020 entonamos el “todos para uno” para encontrar soluciones y fuimos capaces de subir de nuevo las persianas, ahora urge de nuevo ese trabajo en equipo. Ahora no dependemos de una “vacuna”, ahora depende de todos y cada uno de nosotros.
Nuestro público no sólo ha de afrontar el esfuerzo económico de adquirir una entrada. También tendrá que aprender a reciclar más, a cerrar el grifo, a venir en transporte público, entre otras muchas acciones. Y es nuestro reto hacer que “actuar en verde” sea lo más accesible, fácil, cómodo e innovador posible, para que su experiencia siga siendo “wow”.