«Una sociedad sin libertad de expresión se convierte de forma irremediable en una sociedad autoritaria y dictatorial». Así se expresó la periodista Thaïs Bonilla en el último pleno del ayuntamiento de Badalona, en el que se aprobó, con el apoyo de Ciudadanos y la abstención de PSC y CiU, una moción del PP para prohibir conciertos como el organizado el pasado 21 de mayo por la plataforma #NoCallarem.
En esa ocasión, un show que contó con 150 artistas y más de 200 personas voluntarias logró reunir a 5.000 personas en el Parc del Gran Sol del barrio de Llefià de Badalona. Entre sus impulsores estaban el grupo de apoyo al rapero condenado Valtonyc, pero también había promotores y sindicatos musicales, así como entidades activas en favor de los derechos humanos. La moción pide que no se vuelvan a celebrar conciertos protagonizados por condenados por enaltecer el terrorismo.
«Esta moción no vinculante supone otro ataque más a nuestras libertades fundamentales y nos insta nuevamente a organizar más eventos, acciones y conciertos contra la censura», han respondido desde la organización.
Con actos previstos para los próximos meses en Madrid, Valencia y Sabadell, la campaña hizo presencia este sábado pasado en el Primavera Sound. Mediante una concentración pacífica de 17.00 a 19.00 en las puertas del festival, la organización difundió información en tres idiomas sobre el «estado alarmante de la libertad de expresión en España».
Actos, estos últimos, que llegan junto a una pequeña victoria. El Tribunal Supremo corrige la doctrina que condenó al cantante de Def Con Dos, César Strawberry, y la tuitera Cassandra Vera y considera que para que se produzca un enaltecimiento es imprescindible analizar la repercusión del mensaje, la intención del autor y el contexto en el que se produce.