Instagram: @carlygibert

Sin contratos, el año meteórico de Carly Gibert

Para que Robyn Rihanna Fenty se convirtiera en la actriz con más descargas de la historia de la música, la artista tuvo que firmar antes con Evan Rogers y Jay-Z. Antes de que su álbum de debut Music of the sun fuese escuchado por la radio, hubo un contrato, una discográfica y una campaña de marketing. Para que se planteara la gira del álbum, hubo negociaciones y acuerdos comerciales. Pero los tiempos cambian y mediante plataformas como las redes sociales y el streaming hay proyectos independientes que pueden llegar a parámetros antes irreales.

La difusión puede lograr casos de fama exponencial difíciles de analizar. Un caso ejemplar puede ser el de Carly Gibert, una catalana que a base de autogestionar sus redes sociales ha roto con los estándares que podían esperarse en el crecimiento de una carrera artística. El verano de 2016, con 15 años, comenzó a subir vídeos cantando la música que le gustaba. En Musical.ly y en Youtube, su popularidad subió tan rápido que su perfil se posicionó como un referente. Una cover de Eminem hizo que una página rusa la comenzara a seguir y, junto a ella, 4.000 seguidores más.

Durante un año continuó cantando. Pero al ver que la comunidad de seguidores empezaba a ser importante, se le ocurrió la idea de cantar las canciones que ellos le pidieran. Hoy suma más de 203.000 seguidores en Instagram y 21.400 suporters (como ella les llama) en Youtube. Gracias al concepto «requested by« ha conseguido hasta 100.000 visualizaciones por vídeo. La naturalidad con la que agrega proyectos a sus redes es directamente proporcional a la viralidad de sus contenidos.

«Por el momento estamos yo y mi padre, que es el que me ayuda con todo. No firmaré con nadie. Iremos por libre»

Ahora, esta joven de 16 años, no tiene un manager pero diseña y trabaja junto a marcas como Double Agent, Arizona Vintahe, Nike y Oh my croptop. No tiene un sello detrás, pero ha colaborado con el que fue doce años director de marca de la discoteca Pacha Danny Whittle, el DJ y productor alemán de música electrónica Robin Schulz y el duo francés Kimotion, con quienes acaba de publicar el EP Once We Can Fly.

Por ahora no tiene una gira formal, pero Tomorrowland la invita con pase VIP a ser parte de la lista de influencers que a base de shares and follows impulsan su campaña de marketing. Va a donde quiere y canta allí donde esté. Un vídeo de ella cantando en las calles londinenses tiene 29.000 reproducciones y surgió al tomar prestada la guitarra de una cantante callejera. A pesar de la aparente facilidad con la que han emergido ideas y proyectos, el avance o evolución de la difusión de sus contenidos dictan el rumbo del uso de las redes sociales.

Carly ya casi no utiliza Musical.ly. Cada vez lo considera más «infantil». Ahora se dedica a colaborar en proyectos que hagan sonar su voz en plataformas masivas de comunicación. Busca trabajar con personas que la puedan ayudar a crecer como artista y asegura que no firmará con ningún sello o manager hasta que no esté completamente segura de a dónde quiere llegar. «Por el momento estamos yo y mi padre, que es el que me ayuda con todo. No firmaré con nadie. Iremos por libre», afirma.

Si antes una banda comenzaba en el garaje, ahora ese espacio físico se desintegra para fundirse en la red. El contacto de tú a tú es el quid de la cuestión. Carly tiene una cuenta en ask.com y sus fans no se cansan de preguntarle cosas sobre su vida en algo denominado Honest Hour. Ella misma contesta en vídeos lo que se le pregunta y mantiene una relación constante y estrecha con sus seguidores. Algo que empezó en YouTube, revistas como Vogue lo están explotando en secciones como 73 preguntas a… por los resultados que han visto que generaba. Pero Carly Gibert va por delante de esos medios, porque ese es su entorno natural.

Todavía es pronto para determinar qué rumbo tomará su carrera. Un ejemplo parecido podría ser el de Leroy Sánchez, un youtuber español que lleva 10 años subiendo vídeos y covers. En su caso, sí ha habido un contrato con una productora de Estados Unidos. Acaba de publicar su primer álbum y en enero pasó por los escenarios de España de la mano de Doctor Music. Sus carreras han empezado de manera diferente, pero todavía queda mucho margen para la sorpresa. Un tal Justin Bieber también fue descubierto por sus vídeos en Youtube.