Concluye la 19ª edición del festival SonRías Baixas logrando su cifra récord de asistencia

La 19ª edición del SonRías Baixas, celebrada los días 4, 5 y 6 de agosto en Bueu (Pontevedra), ha consolidado al festival como una cita imprescindible del verano en Galicia.

Después de tres años de espera, y tras dos ediciones adaptadas al contexto sociosanitario, el Sonrías Baixas regresó a su modelo habitual de gran formato para ofrecer a su público una completa experiencia musical y turística en las Rías Baixas gallegas, con tres jornadas repletas de potentes directos, playa, gastronomía y naturaleza.

Créditos: May Robledo
«El retorno del festival en su máxima plenitud»

Para el codirector del festival, Jordi Lauren, esta edición “ha sido la confirmación del retorno del festival en su máxima plenitud”.

Y añade: “retomamos las buenas sensaciones del espíritu SonRías. Por fin hemos vuelto a ver y vivir esa convivencia mágica entre artistas, público y todas las personas implicadas en el festival. Hemos estado trabajando estos tres años para que, por fin, las y los asistentes pudiesen gozar de la experiencia SonRías Baixas en toda su esencia: música en directo, gastronomía y naturaleza”, afirma.

Lauren también asegura que su equipo “ya está trabajando en la edición del año que viene, en la que festejaremos por todo lo alto el 20º aniversario de SonRías Baixas”.

El festival generó 510 empleos directos y contó con empresas de proximidad

La celebración del festival supuso la contratación de 20 bandas y sus respectivos equipos, así como la contratación de proveedores locales. El SonRías Baixas 2022 generó 510 empleos directos y contó con empresas de proximidad para favorecer el empleo en el territorio y poner en valor productos de km 0.

Además, durante su desarrollo, Bueu alcanzó una ocupación del 100% de sus plazas hoteleras, un dato positivo que también se trasladó a las localidades del entorno de la villa marinera. Así, el impacto económico en la zona por la celebración del festival ha sido de unos 1,25 millones de euros.

“Hace unos días, en la presentación de SonRías Baixas, señalamos que este festival no es solo un evento musical, sino que es un proyecto de territorio, que pone en valor Bueu y O Morrazo como destino musical, turístico y cultural”, expone Lauren.

Público i programación artística

El evento contó este 2022 con 22.230 asistentes – superando la cifra de 2019 y convirtiéndose así en el récord de público del festival-, un número del que destacan, especialmente, dos características: un público mayoritariamente femenino y muy joven, lo que confirma la consolidación de SonRías Baixas como la primera experiencia festivalera para gran parte del público gallego y menor de 30 años.

Concretamente, despuntan las franjas de edad de los 18 a ls 22 años (13%), 23 a 25 años (16%) y 26 a 28 años (16,8%); aunque cabe resaltar también la franja de menores de 1 a 17 años (7%) que se dio cita en el Recinto Multiusos da Estacada en Bueu.

En lo que se refiere a las bandas, Tanxugueiras fue uno de los grupos más aclamados por el público, que vibró con el concierto de las pandereteras –en el que se les entregó el disco de oro por las ventas de su single ‘Terra’-, pero también con el regreso de bandas y artistas muy queridas por el público de SonRías, como es el caso de La M.O.D.A., Rayden o Kase.O -en su último concierto del verano en Galicia antes de su retirada-. También contó con una gran acogida la actuación de Rels B en la noche del jueves 4, en una edición marcada especialmente por la incorporación de nuevos estilos musicales a su cartel.

Créditos: Óscar Corral

“Nuestra intención este año ha sido llegar a todos los públicos. Para eso incluimos estilos diversos, como el rap o las músicas de raíz, con la idea de consolidar SonRías Baixas como ese primer gran festival al que asiste el público más joven de Galicia”, señala Berta Domínguez, codirectora del evento, quien pone en valor la importante presencia de mujeres en el cartel, como es el caso de Bala, Tanxugueiras, Sofía Gabanna, Balkan Paradise Orchestra, Cool Nenas, Jazzwoman o Sara Hebe. Además, este SonRías Baixas 2022 también ha sido el primer escenario para artistas emergentes, como el caso de Law.

Resumen

A lo largo de tres jornadas, en Bueu actuaron 20 bandas y artistas sobre los escenarios Xacobeo 21-22 y Turismo Rías Baixas. Bandas consolidadas, como Kase.O, Eskorzo, Rayden o Arnau Griso –en su concierto de despedida ante el público gallego-, pero también nuevas voces de estilos urbanos como Sofía Gabanna, JazzWoman o referentes en este ámbito, como Rels B. El SonRías Baixas fue el escenario en el que bandas como Tanxugueiras, Ciudad Jara, Suu, La M.O.D.A, Delaporte o García Mc & Nación Quilombo dieron a conocer sus nuevos discos; pero también fue la primera parada en Galicia de artistas como Emlan o Maurino. Además, el festival también acogió la única actuación en territorio gallego del verano de bandas como Buhos o Sara Hebe. El cartel lo completaron Cool Nenas, con dos sesiones de baile, y La Duendeneta y Grande Amore, que amenizaron la sesión vermú del sábado 6.

Plan de sostenibilidad 

El SonRías Baixas lleva varias ediciones trabajando con la intención de que cada año el festival sea más sostenible en todos los ámbitos que abarca el evento. En esta 19ª edición, la organización activó un plan de sostenibilidad sin precedentes en la historia del festival, poniendo el foco en la recogida selectiva de residuos –tanto en el recinto de los conciertos como en las barras o en la zona de acampada-, en minimizar los consumos de energía y agua; o en la reducción de plásticos de un solo uso.

Si el año pasado el SonRías Baixas fue uno de los proyectos que se sumó al Pacto Cultura Sustentable –un gran acuerdo del que forman parte veintisiete festivales de música y cine de Galicia-, este año forma parte del Greentour Project, un proyecto europeo concebido para mejorar los métodos de gestión del patrimonio natural y cultural.

Pero más allá de las cuestiones ambientales, el festival incorporó un Plan de ocio no sexista –en cumplimiento del ODS a favor de la igualdad de género- para garantizar que el evento fuese un espacio seguro e inclusivo, tanto para el público como para artistas y personal trabajador; y que las mujeres tuviesen las herramientas necesarias para desarrollar su trabajo en igualdad de condiciones.