Sónar +D define a Carsten Nicolai (más conocido por su nombre artístico: Alva Noto) y Ryuichi Sakamoto como dos innovadores musicales. Se dieron cita en el Stage +D, haciendo casi un pleno de asistencia, junto con Oriol Rosell para conversar sobre sus colaboraciones: cuatro discos (Vrioon, Insen, Summvs y Glass) y un nuevo e inédito espectáculo que se podrá en el Teatre Grec de Barcelona como clausura del 25 aniversario de Sónar: Two.
Son de diferentes generaciones, pero eso no les impide tener una especie de conexión. «La primera vez que hicimos una colaboración juntos, él era muy tímido y respetuoso con mi música», explica Ryuichi Sakamoto. Para Alva Noto ese respeto era fundamental, no quería influir negativamente en su creación. A la hora de elaborar el segundo álbum ya se conocían mejor, así que fue todo mucho más fluido. Aquí se añadió una pieza más a la ecuación: trabajar con bandas. Lo que hacían no era hacer las partituras y dárselas y que las tocaran. «No se trataba de eso» – dice Sakamoto -, «sino de que hablásemos con ellos, invirtiendo muchas horas y muchos días, para intentar llegar a algo más profundo de manera colectiva«.
De ahí se pasó, entre otros temas, a su último disco, Glass, que es probablemente el más abstracto de todos. Se realizó de una manera íntima, puesto que trabajaron estrechamente. «Fue mágico», añadió Novo. Explicaron ambos que con este último disco rompieron una especie de muro. Algo que llevaban tiempo hacer y no conseguían. Tal vez porque tenían la idea en la cabeza de hacer algo diferente y no sabían qué exactamente. Hasta que de repente llegó Glass, la respuesta a lo que estaban buscando. En el álbum crearon algo distinto a sus anteriores trabajos, tanto en el estudio como sobre el escenario, porque asumieron riesgos.