Bowie Loscos Grinbank

El promotor que llevó a Bowie a Argentina

‘Bowie Talks’ es un ciclo de conferencias, charlas y entrevistas, en el marco de la exposición ‘David Bowie is’, que ha sido producida por el prestigioso Victoria & Albert Museum (V&A) de Londres y que pasa por Barcelona gracias a las promotoras Sold Out y DG Entertainment.

El ciclo cuenta con especialistas y colaboradores del músico tan relevantes como el diseñador de moda Kansai Yamamoto (12 de julio), el director de documentales Francis Whately (26 de julio); el fotógrafo Denis O’Regan (20 de julio); y el promotor Daniel Grinbank (29 de mayo), entre otros.

Este último fue el responsable de inaugurar las charlas este lunes, conversando sobre el primer desembarco de Bowie en Latinoamérica con el director del Postgrado en Gestión del Negocio Global de la Música de la UPF Barcelona School of Management, David Loscos.

David Loscos:

“David Bowie es un caso paradigmático de lo que es el negocio de la música hoy, porque no se basa solo en la gestión de los derechos de autor, sino también en lo derivado por interacción con otros sectores. La de la música interactúa con otras industrias a las que definitivamente aporta valor, como la del entretenimiento, la tecnología, etc.”

“Daniel Grinbank, que ha sido promotor de Bowie en Argentina y también copromotor de esta exposición en Barcelona, también tiene esa aproximación holística al empresario musical, porque no solo ha sido promotor, sino que ha sido manager, ha trabajado con derechos de autor, ha tenido su propio sello, ha creado radios musicales, y ha interactuado con sectores como el de los medios y la cultura en general, y en todos ellos la música ha sido protagonista”.

Daniel Grinbank:

“Yo ya llevaba tiempo como promotor cuando traje a Bowie a Argentina. En su caso, primero fui fan, con lo cual ya había el deseo de trabajar con él, pero también es verdad que cuando Bowie irrumpió, entre finales de los sesenta y principios de los setenta, América Latina no estaba dentro de los circuitos convencionales de las giras mundiales, que estaban formados por EE.UU., Europa y, eventualmente, Japón”.

Las negociaciones nos llevaron mucho tiempo. De hecho, la gira era del año 84, que fue cuando empezamos a hablar, y yo logré traerlo en el año 90. En ese tiempo hubo una suerte de gravitación en la carrera de Bowie, […] que fue cuando empezó con Tin Machine, con lo cual toda la negociación que habíamos llevado hasta entonces volvió al punto cero”.

“Además, tanto la agencia de John Giddings, que le hacía el booking europeo, y la americana que le llevaba el booking estadounidense fueron compradas por un productor canadiense muy emblemático en la industria. Empezaba a aparecer el concepto del world wide promoter. Eran los mismos que trabajaban con David Byrne, Paul Simon, Keith Richards y U2 cuando empezaron a ser trascendentes”.

“La gira de Amnistía Internacional en 1988 tuvo dos conciertos en Argentina. Uno fue en Mendoza, una ciudad fronteriza con Chile, donde estaba prohibido celebrarlo. Ese concierto fue muy importante porque el 50% del público era chileno. El cierre de gira también se discutió mucho si iba a ser en San Francisco, pero el hecho de haber sufrido una dictadura que había acabado recientemente hizo que tuviera más sentido hacerlo en Buenos Aires”.

“Uno va cubriendo etapas y abriendo o cerrando puertas. No hay ninguna otra instancia y la evaluación del trabajo se hace en los exámenes periódicos de las distintas producciones. Obviamente, lo principal que tenemos, como promotores, es nuestro nombre, no hay otro capital. Y se suman a la toma de decisiones los antecedentes y el aval de haber trabajado”.

En Argentina hay una política muy agresiva de patrocinios de shows, y a finales de los 80 no había las restricciones que afortunadamente hay hoy respecto al tabaco. En el hemisferio norte había más consciencia y los artistas anglosajones jamás habrían actuado en un festival llamado Marlboro Rock. Pero una marca brasileña de cigarrillos llamada Derby que no conocían impulsó un festival con David Bowie en una de las noches y con Eric Clapton en la otra. Eso me permitió un presupuesto de producción de acuerdo a la demanda de Bowie, que no era baja”.

“Solo en la distancia que hay entre Sao Paulo y Buenos Aires, dos iconos del tour suramericano, en Europa hay veinte ciudades en las que poder trabajar en medio. Así, para tener un nivel acorde con las exigencias de estos artistas, había que trasladar muchas cosas previamente del hemisferio norte, y aumentaba el coste de la transportación de cargas, más la producción de tecnología en una época en la que estábamos mucho más atrasados”.