En primera persona: El promotor se hace sala (I)

Artículo de Tito Ramoneda, presidente ejecutivo de The Project, para el VII Anuario de la Música en Vivo.

Cuando hace tres años se nos propuso gestionar la Sala Arteria de Barcelona -antaño mítico Studio 54, que en los 80 significó un antes y un después en el negocio de la música en nuestro país-, creímos firmemente que era una oportunidad. En la cadena de valor de la industria musical, los verdaderos protagonistas son el artista y su público. Pero también es cierto que las salas, como templos en los que se ofician las liturgias del directo, juegan un papel capital e insustituible.

Los promotores, a lo largo de nuestra historia, hemos crecido en la necesidad de convertir pabellones deportivos, discotecas o campos de fútbol en auditorios para así poder llevar adelante un directo. Salvo en la clásica o en la ópera, son contados los casos en que se construye una sala de conciertos pensada para la música popular. Afortunadamente BARTS lo es.

Convivir en ambos mundos es complejo. Gestionar una sala conlleva una gran responsabilidad delante de público, administración y artistas, además de la propia viabilidad económica del proyecto. Pero como promotores, teníamos aprendida la lección. Sabemos que nuestro negocio es vocacional: la ilusión de vivir la música en directo, de establecer ese puente entre artista y público, ha sido la motivación para aventurarnos en la gestión de la sala. Además, nadie mejor que nosotros sabe qué es lo que queremos cuando alquilamos un local: poner la sala al servicio del promotor ha sido nuestra premisa.

BARTS nació a finales del 2011, en un momento delicado por los efectos de la crisis y la subida del IVA, pero después de este primer trienio de gestión hemos despejado dudas. BARTS es uno de los espacios emblemáticos de Barcelona, por el que han pasado más de 200.000 espectadores en este último año.

Es una sala polivalente que permite diferentes configuraciones de público y que acoge espectáculos de todo tipo. Los artistas y el público aplauden la calidad del equipamiento y la química que se vive durante los conciertos. Los promotores la alquilan regularmente y todo el equipo humano vive con intensidad el día a día. Trabajamos para que vivir un concierto en BARTS sea una experiencia inolvidable.