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Alejo Stivel: «El rock no tiene edad, ni a los 60 ni a los 90»

Después de dar forma a discos tan celebrados como 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, Alejo Stivel cubre la mesa de sonido y abandona el puesto de productor que ha ocupado durante las últimas décadas para volver a coger la guitarra, la furgoneta y, esta vez sin Tequila, presentar las primeras canciones inéditas de su carrera en solitario, recogidas en el álbum Yo era un animal (Warner Music), del que habla con APMusicales.

PREGUNTA: Según tú, entraste en una vorágine como productor que te satisfacía y de la que además era difícil salir. ¿Qué provocó entonces la ruptura para lanzar este álbum?
RESPUESTA: Tendría que preguntar a mi psicoanalista por qué no antes, que es lo que me digo ahora, después de lo bien que me lo he pasado. Era difícil encontrar el hueco.

P: ¿Te seguías sintiendo igual de satisfecho en los últimos años con tu trayectoria como productor?
R: Pretender que en la vida todo sea de satisfacción plena es ingenuo. Sigue siendo satisfactorio, aunque no lo haga ahora, pero no descarto que vaya a volverlo a hacer. Es un trabajo duro, pero me gustaba en el balance.

P: Tras tantos años de productor, ¿sabías exactamente qué tipo de disco querías hacer o como artista has sido el más díscolo de cuantos músicos han pasado por tus manos?
R: No tenía mucha idea. Sabía la música que más me gusta. Obviamente, no me iba a poner a hacer reguetón o electrónica. Pero, para mi sorpresa, me salieron más medios tiempos y temas románticos. Hasta los tema de rock and roll los encuentro intimistas, no por relajados, sino porque me han salido muy del corazón.

«Las carreteras son mejores que cuando empecé con Tequila, pero en la vida en ruta no hay grandes cambios»

P: Has dicho que te has sentido con «la ilusión de un principiante». ¿Cuánto hacía que no sentías estas emociones?
R: Esto que siento ahora no lo sentí nunca. Cuando empecé con Tequila tenía una edad y experiencia que me hacía sentir mi debut de una manera. Ahora, a pesar de tener muchos años en el negocio, este es mi primer disco de solista con canciones originales y me siento bastante nuevo. Tengo una frescura en mi acercamiento a la música que no es comparable.

P: Sin embargo, entonces eras un muchacho y ahora rondas los 60. ¿El rock no tiene edad?
R: No la tiene a los 60 ni a los 90. Chuck Berry lo grabó a esa edad antes de morirse y ese álbum tiene muchísima frescura. Mira los Stones o McCartney, con 75. El rock empezó siendo una música juvenil en sus inicios, pero ya no lo es.

P: ¿Y percibes grandes cambios en cómo era y cómo es hoy la vida del artista en ruta?
R: Las carreteras son mejores, eso sí, pero en la ruta no hay grandes cambios. Te subes a la furgo con tus amigos, tiras millas, pruebas sonido, tocas y te vuelves. Eso es bastante parecido a como era. La diferencia está en si uno sigue siendo un animal en lo que hace fuera de esa rutina. Y en que la música ha cambiado mucho en su consumo, que ahora se hace por las redes.

P: ¿Queda algo de ese mito del roquero crápula de noches infinitas? Se dice que hoy es imposible aguantar una gira sin cuidarse…
R: Antes hacíamos giras de 100 actuaciones al año. Es una cuestión de aguante.

P: En el primer sencillo, Yo era un animal, proclamas: «No tengo pesos que cargar». ¿Te sientes así, como alguien que no tiene que demostrar nada, que vive libre de cargas?
R: Sí, bastante. Es lo que procuro pensar. Igual hay días que cargo con algún peso más, pero me gusta pensar que soy bastante libre.

P: ¿Cómo será la gira?
R: Aún no está montada, porque quedan shows con Tequila. Veré si la hago en otoño-invierno o ya me espero a primavera.