Arenal Sound
Arenal Sound | Fotografía de Nerea Coll

Festivales: El mercado se consolida con nuevos récords de asistencia

Hoy es el último día de agosto, así que oficialmente ha finalizado la temporada – aunque aún hay citas imprescindibles en septiembre -. Hagamos el ejercicio de recordar cómo fue la temporada anterior mientras comenzamos a analizar la que hoy termina. ¿En qué cifras se moverán los festivales este año? Lo podremos ver en el décimo Anuario de la música en vivo.

El siguiente contenido ha sido publicado en el Anuario de la música en vivo 2018, descarga el Anuario para acceder a más contenidos como este.


La carrera de los festivales empieza cuando el último grupo toca la última nota, cuando el DJ guarda los cascos, cuando sale el último espectador y solo queda en el suelo un vaso de plástico. Entonces todo el mundo se pregunta: ¿Y ahora cómo diablos se supera esto?

El reto de los festivales es, sobre todo, elegir un cartel consistente año tras año, pero no es el único. También lo es reinventarse para proponer una edición mejor que la anterior, cuadrar los números, garantizar la seguridad y la comodidad de los asistentes; innovar y ser profesional. Y este 2017 fue un reto en sí mismo. Por un lado, un año de récords: festivales como Mad Cool, Primavera Sound, Sónar y FIB celebraron sus ediciones más multitudinarias hasta la fecha. También tuvo sus efemérides: el Sonorama Ribera de Aranda del Duero, por ejemplo, celebró su veinte aniversario por todo lo alto, con un homenaje a la música española. “¿Un año sin guiris?”, rezaba la primera versión del cartel.

Pero, por otro lado, 2017 estuvo empañado por dos muertes: la de Pedro Aunión, el acróbata que interpretaba el espectáculo aéreo previo al concierto de Green Day en el Mad Cool y que cayó de 30 metros de altura en un cambio de cuerda; y la de un trabajador del que no ha trascendido el nombre y que falleció durante el montaje de las gradas para los conciertos de Viveros, en Valencia.

Festivales 2017: El baile de cifras

Según el Anuario de estadísticas culturales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el número aproximado de festivales que se celebraron en 2016 en España fue de 869, pero eso incluye básicamente ciclos de música clásica y en algunos casos también de otros géneros. Según esos datos, en Cataluña, por ejemplo, hay 169 festivales. Pero el Institut Català de les Empreses Culturals cuenta con hasta 338 citas categorizadas como tal. En los Premios Fest se inscribieron 154 de todo el Estado y en la guía que publicó el Bime se recogían alrededor de 400. A estas alturas es imposible determinar el número total de festivales que hay en España. Si alguien da esa cifra, pónganla en duda. Sin embargo, sí pueden identificarse los primeros 25 por número de espectadores.

Y el primero es el Arenal Sound, con 300.000 visitantes que esta vez parecieron agolparse en la entrada, obligando al festival a abrir sus puertas nueve horas antes de lo previsto: 102 conciertos durante seis días de verano en Burriana. Es un indicio de lo efectivo que puede ser ubicar la cita en la playa, destinarla al público joven con precios asequibles y basar la campaña de comunicación en el aprovechamiento de las redes sociales, invitando a influencers a vivir una experiencia VIP y tener un vídeo por cada día circulando en sus plataformas el resto del año. En el segundo puesto está Rototom Sunsplash, también en la Comunidad Valenciana, que alargó su propuesta a ocho días con 293 conciertos en total. Más que un festival de reggae, es un proyecto de convivencia.

El Primavera Sound y el festival en Villarobledo, Viña Rock, también mantienen su tercera y cuarta posición. El festival catalán se mantiene en su formato de cinco días, dos más que el Viña Rock. El primero ofertó hasta el doble de conciertos que el segundo: 242 frente a 121. El Primavera es el segundo que más conciertos ofreció de todo el ranking. Viña Rock apostó por 112 grupos nacionales y diez internacionales contra los 155 internacionales del Primavera y 48 nacionales. Dos mercados, dos comunidades, un mismo resultado: una multitud.

El FIB también batió su propio récord, con 177.000 asistentes, iniciando una “nueva era dorada”, según dijo en rueda de prensa el director del festival, Melvin Benn. El Medusa Sunbeach es el cuarto ya de la Comunidad Valenciana, con 165.000 personas. Sus seis días de conciertos se posicionan por encima del Dreambeach, el primero de Andalucía en la lista. El Mad Cool pasó de los 102.000 asistentes de la primera edición a los 135.000 de 2017, y todo apunta que no dejará de crecer. También el Sónar batió su propio récord: de 115.500 espectadores en 2016 a 123.000 del último año. Y lo hizo con un cartel un poco más equitativo que la media: 32 grupos de mujeres, ocho mixtos y 97 masculinos. El resto de festivales registraron cifras peores.

Las cancelaciones que protagonizaron el 2016, fueron puntuales en 2017: los promotores de Al Rumbo, que iban a volver a Chiclana tras unos años en Chipiona, se vieron obligados a bajar la persiana, según dijeron, por trabas administrativas y exigencias de cambios en los proyectos; y el WAM llegó para suplir el hueco que dejaba el SOS4.8 en Murcia tras un desencuentro con la Administración. Algunos como el Marenostrum Xperience consiguieron retomar su actividad.

Mención especial merece la llegada del Download Festival, que se posiciona ya desde su primera edición en el puesto trece de los principales festivales españoles, congregando a 100.000 asistentes con 56 conciertos. Suficientes para que la iniciativa saliera a flote y entrara al lado de los más arraigados y con más trayectoria local. De hecho, incluso fue galardonado con el Premio Fest como el festival revelación por sus buenos resultados. De alguna manera, el Download, donde se pudo ver una de las últimas actuaciones de Chester Bennington al frente de Linkin Park, habla de la buena salud de la música más dura en España, lo que explica también el triunfo del Resurrection Fest, otro con récord propio. Su promotra, Bring the Noise, se vio suficientemente fuerte en 2017 como para arrancar otra propuesta en Gijón: el Tsunami Xixón, con Offspring como cabeza de cartel.


Radiografía de los principales festivales

Los primeros 25 en España por número de espectadores

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