Freedonia: «Jamás nos ha llegado una oferta de una multinacional»

Freedonia, el multitudinario grupo español de «soul» sin restricciones, sale a la carretera para presentar su tercer disco, Shenobi, tras superar los diez años de existencia convertidos a día de hoy en un proyecto completamente autónomo que cada vez congrega a más público sin dispendios en promoción y que da de vivir a sus 9 integrantes. Israel Checa, su batería, charla con Apmusicales sobre su pasado, su presente y su futuro en gira.

RESPUESTA: Siempre hemos buscado la manera de ser sostenibles y de afianzarnos poco a poco. Lo nuestro fue fruto de ver que lo que hacíamos en los conciertos gustaba y que nos demandaban un disco. Nos dimos esa oportunidad de hacer lo que nos gustaba en la grabación y, además, cada miembro se ha especializado en alguna de las tareas extramusicales.

R: Jamás nos ha llegado una oferta de una compañía. Quizás es normal, porque somos una banda un poco especial, con 9 miembros, lo cual es un hándicap económico. Además está nuestra forma de hacer la música y de editarla, en vinilo y en analógico, con todos los músicos a la vez…

R: Ya con el anterior disco seguíamos haciendo canciones. Nuestra manera de componer es colectiva y nunca dejamos de hacerlo, así que acabamos recopilando muchos cortes y entonces nos dijimos: ¿por qué no un disco doble?

R: Hemos hecho siempre lo que hemos querido y no conocemos otra manera de trabajar. Ese sería el gran choque bajo con una compañía.

R: Musicalmente todos trabajamos para ella, para que el mensaje sea claro y directo. Mayka es un torbellino sobre el escenario y, acompañada de 8 músicos, más es un maremoto, pura energía y fuerza. Contar con ella es un lujazo. Además, su ascendencia de Guinea Ecuatorial nos transmite esa parte de África que no tenemos.

R: La diferencia es el calor que tiene. Se aprecia sobre todo en el vinilo. Parece que estás en el estudio, notas el ambiente y el olor. Ese grano de la cinta no es lo misma que con el digital, que al final es un algoritmo que imita la realidad.

R: Ya habíamos hecho Joy Eslava dos veces seguidas, pero queríamos un escenario grande para reunir a todos los que han formado parte de Freedonia en casa, en Madrid, porque empezar el año así te recarga las pilas.

R: Es un poco de todo, el cómo haces el soul, cómo colocas las canciones y las empalmas. Cuando pienso en cómo presentar las cosas, me pongo del otro lado del escenario, en la piel del espectador. Las ideas además hay que saber ejecutarlas, por eso la producción es muy importante.

R: Lo ideal es que tenga un escenario en el que quepamos. Hay salas que engañan, porque en la prueba de sonido se oye fatal y cuando se llena de gente cambia mucho el panorama. En general, el circuito de salas en España suena bien.

R: Lo más vital ha sido eliminar la figura del líder y cambiarla por la de la mejor idea. Todas las semanas quedamos para ensayar y reunirnos y entonces decidimos, entre todos, lo mejor para el grupo. Un día puede ser idea de uno y otro de otro. Somos muy amigos después de 11 años y nos conocemos muy bien. Lo idea es sacar lo mejor de cada cual.

R: Si hiciésemos música en español también nos gustaría ir fuera, porque pensamos que lo importante es que la música llegue a todas partes y es la ilusión que más nos une. Estamos pensando regresar a Lituania en marzo e intentaremos asomar la cabeza más allá.

R: Sí, este año y el pasado tocamos bastante en festivales. De hecho, el día 6 estaremos en el Actual de Logroño, compartiendo jornada con Vintage Trouble y Kase.O.