El cantante de boleros Ramon Calabuch Bastida, conocido como Moncho, falleció la mañana del 28 de diciembre a los 78 años en el Hospital de Mataró (Barcelona), donde estaba ingresado desde el pasado 25 de diciembre por una parada cardiorrespiratoria. Su muerte llega pocos días antes del homenaje que artistas como Joan Manuel Serrat, Estrella Morente, Pau Donés, Miguel Poveda, Antonio Carmona, Dyango, Sabor de Gràcia, Diego el Cigala, Rosario y Lolita tenían previsto ofrecerle el próximo 14 de enero en el Auditori de Barcelona. Gemma Recoder (Sunmusic), promotora del concierto, firma para APMusicales este sentido obituario:
Hablar de Moncho es hablar en clave de bolero. De amor y desamor, de vaivenes del corazón y de lo que nos mueve desde dentro. Porque de eso se trataba, de un artista que con su voz potente y su cadencia meliflua nos hacía recordar que somos lo que somos porque así lo quieren nuestras entrañas. Y no era una impostura, Ramon Calabuch era un hombre con un corazón enorme, tanto como talento. Para ese gitano de Gràcia rodeado de rumberos, un micrófono en la mano y un escenario eran el medio para demostrar cómo se habla desde las profundidades que cultivan nuestros sentimientos.
Nos ha dejado un cantante inmenso, un hombre al que algunos han definido como nuestro Frank Sinatra, un gitano de sangre cubana y ritmos entre mediterráneos y caribeños que llenaba de música y literatura nuestros sentimientos.
Pero Moncho era mucho más que eso. Era un maestro, un artista capaz de congeniar con los mas grandes y de generar a su alrededor un consenso inaudito en el mundo de las grandes estrellas. Ramon Calabuch era el rey del bolero porque así lo quisieron sus compañeros de profesión. No hay músico reconocido en este país que no regale un elogio al artista y a la persona. Eso era realmente, un cantante querido y respetado por todos los otros.
Más de treinta discos avalan una trayectoria intachable, y sus duetos con estrellas de la música de toda la geografía española son la muestra de una capacidad única para conseguir alianzas artísticas. Los que tuvimos la oportunidad de conocerlo de cerca sabemos cual era el verdadero talento de Moncho. Un hombre afable, cercano y lleno de energía al lado del cual era imposible no tener buenos sentimientos, sentir buen rollo. Ese era su secreto y esa es la canción triste que nos deja su muerte. Porque con él el mundo era un poco mejor, y se me antoja que sin él perdemos la posibilidad de seguir cantando al amor como solo Moncho sabía hacerlo.
Por eso creí que el homenaje que preparábamos con tanta ilusión era un premio justo para una persona justa. El dia de Navidad quería hacerle un regalo que sabía que recibiría con el entusiamo de un niño, ese que le iluminaba los ojos cada vez que hablábamos de la que sería su última actuación en el Auditori de Barcelona. Ese día agotamos las localidades y quería que fuera el primero en saberlo. No fue posible. Su hermana, ángel de la guarda para Moncho, me llamó para notificarme el triste desenlace. Desaparecía alguién a quien en los últimos meses había sentido como de la familia. Porque Moncho te abrazaba como si lo hubiera hecho toda la vida, y por eso siento que allí donde esté se emocionará cuando suenen las primeras notas en el Auditori. Será su último bolero.
Cómo te vamos a echar de menos, querido Moncho.