Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez
Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez

Jordi Vidal: «A los nuevos fotógrafos de conciertos les falta profundidad»

Jordi Vidal comenzó en la música como un fan. Luego se convirtió en músico. Actuó en varios locales de Barcelona a mediados de los ochenta, también ha sido músico callejero. Un día – no sabe ni cómo – se le despertó el interés por la fotografía. Poco a poco, comenzó a juntar su pasión por la música con la pasión por la fotografía. Y a partir de ahí construyó una carrera.

¿Cómo te decidiste a ser fotógrafo de conciertos?

Quería tener retratados a todos los músicos que me gustaban. Por ese deseo tan tonto empecé a colaborar con revistas, con promotores, con discográficas… De esto ya hace 33 años. En este tiempo he intentado mantener una carrera profesional coherente. Fui el coordinador de fotografía de la revista Guitarra Total mientras existió la revista, que fueron unos diez años. Ahora mismo colaboro con Rockdelux, con Ruta 66… Para Last Tour he hecho dos ediciones del Sonisphere y este año he sido fotógrafo oficial del BBK Live y del Azkena. También del Cruïlla en una edición.

Es posible vivir de esto entonces.

Ha habido tiempos mejores para la música. Hasta hace diez años vivía exclusivamente de la música y ahora es más complicado. Sé que en nuestro país hay un par de fotógrafos que viven exclusivamente de ello, pero igual también hacen un tipo de trabajo que a mi no me gustaría hacer.

Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez
Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez

Y también eres profesor. ¿Cómo ves a la nueva generación de fotógrafos de conciertos?

Hay un detalle curioso. Casi siempre hemos sido todo hombres en los fosos. De vez en cuando aparecía alguna mujer, pero no era habitual. Pues el 80% de mis alumnos son mujeres. Y ahora se empiezan a ver mujeres asiduamente en los fosos. Es un cambio muy positivo. Otro cambio: Las nuevas generaciones tienen una educación visual que nosotros no teníamos a su edad. De hecho los que llevamos años sufrimos un poco porque los nuevos aprietan (se ríe). Ahora hay gente que con un año hacen lo que tú estabas haciendo con diez años de experiencia.

Cambiamos a mejor entonces, ¿no?

Si tuviera que hacer una crítica a las nuevas generaciones de fotógrafos diría que hay mucha gente que simplemente coge una cámara y dispara. Falta profundidad y formación, yo creo. Te das cuenta cuando no puedes debatir de tal autor o tal corriente. Y ocurre con la fotografía, pero también con la música. Evidentemente nadie conoce todos los grupos y a veces te toca investigar un poco. Pero de ahí a tener conocimientos muy limitados y no conocer ni a los básicos de cada estilo… Cada cual que haga lo que quiera, pero creo que tener un conocimiento extenso de música te ayuda a hacer bien el trabajo.

«Aquí hasta que a Neo Sala no se le metió en la cabeza que quería hacer un festival como los ingleses, no teníamos festivales como hoy los conocemos»

¿Ese es uno de los retos del periodismo musical?

También creo que influyen mucho las redes sociales, que han distorsionado todo. Antes tú leías una revista y cuando la controlabas un poquito te fiabas mucho de los prescriptores que te gustaban. Sabías que si x autor decía que ese disco te iba a gustar, seguro que te gustaría. Y ahora mismo todo el mundo es prescriptor. Todo el mundo tiene voz. Y me sabe mal decirlo pero no todas las voces son buenas. No todo el mundo tiene los conocimientos y la perspectiva necesaria. Además a veces triunfan más en redes los que no saben que los que saben. Simplemente porque los primeros le dedican más horas. Pero eso no quiere decir ni que sean buenos profesionales, ni que su trabajo sea bueno, ni que viva de ello. Igual una persona que tiene 10 likes está viviendo de ello, pero no tiene tiempo para dedicarse a darle likes a todo el mundo para que te lo devuelvan. Porque al final las redes es eso.

¿Aparte de las redes?

Hay un tema muy importante: el dinero. Antes las revistas tenían unas tarifas clarísimas y buenas. Ahora… Es más complicado. Pero las nuevas generaciones no están dispuestas a gastarse dinero en revistas, igual que no lo estuvieron en su día para comprarse discos. Y luego pretenden cobrar. ¿De dónde creen que sale el dinero?

De la publicidad.

Sí, pero la publicidad aún no se acaba de creer del todo esto de las redes y las webs. Que seguro que una campaña tiene más visibilidad en digital que en papel. Pero aún no se tratan al mismo nivel.

Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez
Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez

Cambiando de tema. Tú que llevas tantos años relacionándote con promotores musicales, ¿quieres contar alguna anécdota?

Cuando yo empecé se acababa de crear Doctor Music. Poco después se creó The Project. ¿Sabes? A The Project les debo muchísimo porque fueron los primeros que me comenzaron a dar oportunidades dentro del sector. Cuando empecé estaba Esperanza Calvet. Yo colaboraba con la revista Solo Blues. Y me ayudó mucho porque me dio la oportunidad de cubrir mis primeras noches del Festival de Jazz de Barcelona.

De la relación con los departamentos de prensa de las promotoras te quería preguntar ahora mismo.

Pues siempre son de mucha ayuda y la comunicación es muy fluida. Incluso establecemos unos lazos muy próximos. Y echan un cable siempre que se puede, incluso en situaciones complicadas. Porque, por ejemplo, cuando te deniegan una acreditación para un concierto hay que tener en cuenta que ellos muchas veces están con las manos atadas, ya que dependen de las peticiones del artista. Sobre todo cuando son grandes. Con esto quiero decir que no hay ni buenos ni malos, sino que a menudo estos intercambios dependen de un tercer actor, que es el que distorsiona la relación.

Decías que cuando empezaste se crearon varias promotoras.

Sí. Recuerdo al señor Gay Mercader, que era el que hacía los grandes conciertos de Barcelona. Por suerte he podido vivir todo el crecimiento de la industria musical en nuestro país. Por ejemplo, pude ir al Doctor Music Festival de 1996. Al que por cierto fui con mi mujer embarazada y tuvimos que salir corriendo por unas contracciones. Me perdí a Patti Smith (se lamenta entre risas). Antes de ese festival aquí no había nada. Mi primer festival fue en Dinamarca. Aquí hasta que a Neo Sala no se le metió en la cabeza que quería hacer un festival como los ingleses, no teníamos festivales como hoy los conocemos.

Viste el nacimiento de todo.

Mi generación ha visto cómo nacía el Sónar, el Primavera Sound… Y cómo crecían y se hacían bestias enormes. Ahora estamos en primera línea de festivales, pero es que hasta los años ochenta no estábamos ni en la segunda B de conciertos. Y aún entonces teníamos como mucho 10 conciertos importantes al año. Pero qué conciertos… Las primeras veces en España de Police, Bruce Springsteen, Bob Marley… Vivimos todo esto.

Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez
Jordi Vidal / Foto de Paula Pérez

En APMusicales.com estamos entrevistando de manera presencial a personalidades relevantes de la industria musical. Hemos entrevistado ya a Astrid Rousse en las oficinas del Sónar. Y pronto publicaremos las entrevistas a Carmen Zapata, a Xènia Rafi, a Cristina Garrote…

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