Sede de la Universidad Pompeu Fabra que acogió las Facultades de Ciencias Empresariales, Comunicación y Traducción e Interpretación. Fuente: Wikimedia/Josep Renalias

La letra, en clase entra (el negocio de la música desembarca en las aulas)

Artículo de Ángel Negro Rodríguez para el VII Anuario de la Música en Vivo.

Ya no se trata de tirar los dados al aire ni de probar suerte a ciegas. Ahora, si hablamos de música, el éxito cada vez depende menos del azar. Quizá por eso la creación artística, la producción discográfica o el marketing de esta poderosa industria han invadido las aulas para forjar desde la base el futuro del sector.

La oferta de másteres y cursos de posgrado en torno a la gestión del negocio crecen de forma exponencial y ni lo que allí se enseña responde al tópico, ni su público es homogéno. Quienes buscan -y encuentran- la música en las facultades son también profesionales del sector que aspiran a un mejor puesto.

El pionero, el MBA en Industrias de la Música de Liverpool en 1999, tuvo a David Loscos como alumno: “No había nada parecido en España”, recuerda. Ahora, su posgrado en Gestión del Negocio Global de la Música (Universitat Pompeu Fabra) ha formado a más de trescientas personas desde una vertiente “transversal”. “Queremos que entiendan cómo funciona el negocio, pero también, el sector turístico asociado a ella”, cuenta.

A ese objetivo compartido el Máster Live Entertainment – Live Nation de la Universidad Europea añade la “óptica internacional”. Su director, Robert Grima, busca la “excelencia”, por eso “el 100% de los docentes son profesionales en activo”. Se cuida de quién imparte el temario y de qué se imparte.

“Todos hablamos de lo mismo pero no lo enfocamos igual”, apunta Vicente Martínez, co-director del posgrado en Gestión Empresarial de la Música (Universitat de Valencia). Incluso las características del territorio influyen: “En Castellón vamos a organizar un curso porque en esa zona, repleta de festivales, hay una demanda real de gente que quiere formarse”, explica.

Lo mismo ocurre con el Máster en Industria Musical de la Universidad de Santiago de Compostela. Xaime Fandiño y Juan Carlos Regueira, sus responsables, se centran “en la conexión con Portugal y Sudamérica, porque hay millones de personas unidas por dos idiomas, el castellano y el gallego-portugués, que conviven en Galicia”.

Pequeños detalles que, si funcionan bien, también pueden ser compartidos. Lo que en Valencia llaman “masterclass” con Alaska o Pau Donés, en las aulas de Santiago son “sesiones con veteranos”, incluidas también en el temario de la Pompeu Fabra. El objetivo, explican Fandiño y Regueira, es “dar a los alumnos un panorama privilegiado”. David Loscos opina igual: “Al interactuar con contactos adquieren una visión menos sesgada”. No sueñan con ser como ellos: pueden llegar a serlo.

¿Funciona la fórmula? Grima no duda: “Llevamos una edición y sorprende el grado de integración de los alumnos”. Martínez pone cifras: “Cuando entran a nuestro posgrado el 40% se dedica al negocio. Cuando salen, el porcentaje es del 53%”.

Se trata de triunfar formándose. De profesores que dieron sus primeros pasos a tientas y que ahora enseñan a los alumnos a manejarse con éxito. Pero Fandiño y Regueira auguran “un tortuoso camino” antes de que la oferta sea “plenamente asimilada por la comunidad académica”. Cuestión de tiempo para entender que la letra, si hablamos de música, tiene también sentido estampada en la pizarra.