Las salas de conciertos reivindican su papel como promotores culturales

La asociación de salas privadas de música en directo, ACCES, celebró la pasada semana en Córdoba el congreso con el que sopló las velas de su décimo cumpleaños. Una década durante la que la institución ha consolidado su papel como representante principal de las salas de conciertos en España y que se cumple en un momento álgido de muchas de las reivindicaciones que ha sostenido. Repasamos con el presidente de ACCES, Carlos Espinosa, algunos de los temas candentes en la actualidad para las salas.

El IVA cultural, un castigo doble
Desde que el IVA cultural subió al 21% hemos escuchado diversos representantes del sector reclamar una bajada que ponga el impuesto a los mismos niveles que hay en Europa. El llamado ivazo ha castigado con dureza a la cultura, pero resulta especialmente dañino para las salas de conciertos. «La ley nos obliga a aplicar un IVA del 21% a los productos de hostelería por el simple hecho de poner música. Si no pusiéramos, cobraríamos las copas con un 10% de IVA», argumenta Espinosa, que denuncia la incomprensibilidad de la medida y considera que se trata de una manera de penalizar la actividad musical.

Desde ACCES aseguran que han trasladado la problemática a instituciones gubernamentales, pero, como en el caso del IVA cultural, les acaban remitiendo al ministerio de Hacienda.

El acceso de menores y la estigmatización de las salas
Uno de los puntos principales tratados en el congreso de ACCES. «¿Cómo se explica que un menor pueda ir con su tutor legal a un concierto en el Palacio de Deportes, donde también se vende alcohol, pero no pueda entrar de ninguna manera en una sala?», se pregunta Espinosa. El presidente de ACCES asegura que los recintos son «los primeros en preocuparse del control para que los menores no consuman bebidas alcohólicas» y considera caduca una medida que viene heredada de la Ley de Consumo de Tabaco en Salas de Fiesta. «Es una ley que ya no sirve y que es una barrera para la creación de una cultura desde la base. No podemos crear cultura de futuro si nos cargamos el público más joven». Por otra parte, Espinosa considera que la ley estigmatiza a las salas de conciertos. «Prohibir la entrada a menores acaba creando la imagen de que las salas son lugares peligrosos».

Además de la apertura de las salas a los menores en las comunidades en que está prohibido, Espinosa reclama una unificación en la legislación. «En Madrid no está permitido, en Andalucía solo a partir de los 16 años, en Catalunya los menores entrar siempre que vayan con su tutor legal,… ¡habrá que regular esta cuestión!», advierte. El presidente de ACCES también recuerda que los menores de todas las comunidades sí pueden entrar en una discoteca y se vuelve a preguntar por qué se penaliza los locales de música en vivo cuando su función es la de promotores culturales.

Unificación de criterios
La unificación de criterios no solo es una reclamación que afecte al acceso de menores a las salas. También tiene que ver con los requisitos legales que debe cumplir una sala, diferentes según en qué Comunidad Autónoma estén, y en el trato con los músicos. «Tenemos inspecciones laborales y los criterios no están bien definidos. Hay quien da de alta al músico durante las horas que dura el concierto, quien cede la responsabilidad de la protección del artista al promotor, otros que la derivan a la sala,… Se dan situaciones ridículas porque nadie se ha parado a analizar con rigor la normativa bajo la que funcionamos».

Relación con SGAE
Al margen del pago de un 10% en concepto de cuota de autores en cada espectáculo de música en directo, las salas pagan un importe mensual a SGAE según su actividad. El problema, de nuevo, es la inexistencia de un criterio único al que todos los recintos puedan atenerse. «Hoy nos encontramos diferentes licencias y tarifas según si la sala se considera un café concierto, un pub, discoteca,… y en muchos casos el dueño de la sala no sabe a qué opción acogerse. Las fronteras no están bien definidas, por lo que estamos trabajando sobre un convenio marco que permita crear una tarifa única mensual para todas las salas de conciertos».

Importancia del asociacionismo europeo
Además de su actividad nacional, ACCES ha crecido en los últimos años en su vinculación con organismos internacionales, como la red europea LIVE/dma. Una experiencia que ha servido a los socios de la asociación para intercambiar vivencias con salas del resto del continente, conocer otras regulaciones y comparar la situaciones y las relaciones que se dan entre los recintos y el resto de administraciones europeas. «Conocido lo que pasa en el resto de Europa hemos venido a confirmar que nos llevan muchos años de ventaja en cuanto a legislación del sector de la música en directo y que España es uno de los pocos países donde las salas son consideradas discotecas o centros de ocio, pero nunca espacios culturales, que es lo que realmente somos», reivindica Espinosa.

El futuro de ACCES
¿Y después de los 10 primeros años? «Llegar a la década te permite poner el retrovisor y darte cuenta que somos una asociación fuerte y que refleja la situación nacional con más de 100 salas muy diferentes enter ellas implicadas. Nuestro reto futuro es consolidar nuestro papel dentro del tejido industrial y cultural y apretar en todas las cuestiones relatadas. Estamos a medio camino entre promotores, artistas y público y queremos que la administración deje de criminalizar nuestra actividad. En definitiva, queremos que cale el mensaje de que somos cultura».