En APMusicales.com preguntamos a los artistas por su Epic Concert o, dicho de otra manera, aquel concierto que les motivó a dedicarse a la música. Hoy nos cuenta su historia Juanma O. Lefranc, un cantautor de origen
franco-español residente en Barcelona:
No sé si podría decir un concierto en concreto… Cuando eres teenager sientes más bien una especie de impulso por coger la guitarra – o lo que sea – y soltarte. De algún modo ese impulso es el motor que debe seguir ahí, obviamente moldeándose con el tiempo y debido a los diferentes estilos que vas conociendo y aprendiendo. Los conciertos que más me han podido tocar o afectar son aquellos en los que he sentido honestidad, sinceridad, rabia, el lado visceral, independientemente del estilo.
Intentaré no remontarme mucho en el tiempo pero me viene a la cabeza la vez que vi a Tom Waits en Paris (era una conjunción de elementos: era el día de mi cumpleaños, en mi ciudad natal, en la mítica sala Rex). Por supuesto recuerdo con especial emoción las dos veces que he visto a Leonard Cohen, pero especialmente cuando lo vi en el festival Cap Roig; lo mismo me ocurre con los conciertos de Bob Dylan (por mucho que digan algunos que es un peñazo siempre hay algo que aprender de los grandes) o la única vez que he visto a Tom Petty en Colonia (Alemania).
Pero, saliendo de esos clásicos, en los últimos años me han enganchado la mayor parte de los bolos de Dominique A (que además de ser un músico buenísimo me parece que se curra mucho los directos), también lo que ahora hace Michel Cloup que es de lo más honesto y visceral. Y estas palabras me llevan a acordarme de David Eugene Edwards (16 horsepowers / Wovenhands) y de su bolo en el Apolo de hace un par de años. Recuerdo haber disfrutado también mucho un bolo de Saint Vincent también en el Apolo. Por supuesto Yann Thiersen también me ha sacado la lagrimita muchas veces y, cambiando de estilo, me he emocionado viendo al udista Anuar Brahen con su trío en el Auditorio o a Jordi Savall en el Grec.
Para acabar, e intentando aferrarme a la idea que no todo lo pasado fue mejor y que todo puede seguir sorprendiéndote, diré que ahora mismo, quizás por ser lo más reciente, tengo en primer plano el bolazo de Nick Cave este año en el Primavera Sound… Ahí de nuevo, a pesar de estar en la multitud del festival, sentí esa honestidad, esa cercanía, esa rabia, ese lado visceral que hace que te vayas a casa sintiendo o recordando ese impulso del que hablábamos más arriba y que te reconcilia con el sentido mas poético y auténtico de lo que creo debería ser la música y por lo tanto los conciertos.