«La gira de la pandemia fue la más importante de mi vida», dice Loquillo sin atisbo de duda en una entrevista con Apmusicales ante la presentación de su nuevo «tour», en el que presentará su disco Diario de una tregua. Será junto a toda la banda, por fin, después de dos años en los que él y sus colaboradores fueron los primeros audaces en ofrecer en julio de 2020 un concierto con «protocolo covid» en el Wizink Center de Madrid.
PREGUNTA: En las notas del disco hablas mucho de la construcción del personaje de Loquillo, concretamente, de un nuevo Loquillo. ¿Es así como te ves?
LOQUILLO: Siempre he pensado que soy un personaje literario y, en ese sentido, José María Sanz se divierte mucho con las aventuras de Loquillo.
PREGUNTA: ¿No temes perder público?
LOQUILLO: Me siento muy contento de haber cambiado todas las veces que he podido y las que no me ha quedado más remedio. El personaje ha de estar en perpetuo movimiento. No vivo del tiempo pasado y siempre tengo un pie en el futuro.
PREGUNTA: En canciones como Somos la furia, invocas el poder de la colectividad…
LOQUILLO: Yo soy un trabajador individual elegido por un colectivo para que le represente, por esta banda que ni tiene nombre, que en todo caso se le llama la 101 porque allí donde se la llama, acudimos. Pero quienes trabajan conmigo son nombres propios y yo lo único que hago es gestionarlo. Esto es como un equipo de baloncesto.
PREGUNTA: En el último corte, Voluntad de bien, hablas de la sombra de la derrota. ¿Alguna reciente e importante?
LOQUILLO: La de El último clásico. Ese disco salió con grandes expectativas y se vio cortado de un día para otro con la pandemia, dos años de trabajo que se acabaron de la noche a la mañana. Tuve que asumirlo como le ha pasado a muchas personas con sus negocios.
PREGUNTA: ¿Qué aprendiste de todo ello?
LOQUILLO: La soledad absoluta de la pandemia fue para mí un momento de catarsis personal. Se me hizo evidente de que el camino del 40 aniversario no era el acertado, porque puedes llenarte de soberbia. Había que empezar de cero.
«Durante la pandemia se me hizo evidente que el camino de la gira del 40 aniversario no era el acertado»
PREGUNTA: ¿Tan malo es el éxito que viviste en la gira del 40 aniversario?
LOQUILLO: Cuando uno realiza una gira tan masiva como esa, corres el riesgo de convertirte en algo que no eres. Tomé nota y durante el encierro maceré el nuevo personaje en soledad. Ayudó a poner las cosas en su sitio, hacer autocrítica y buscar uno que aunara al Loquillo de rock clásico español pero también el de la poesía contemporánea.
PREGUNTA: ¿Has dicho entonces adiós a la soberbia?
LOQUILLO: La soberbia es necesaria, igual que la mala leche y el odio, como dice Jorge Ilegal.
El rocanrol es algo muy atractivo. Todo el mundo querría ser un roquero, pero no todo el mundo vale para ello. Quizás porque somos más audaces.
PREGUNTA: ¿Un ejemplo de esa audacia?
LOQUILLO: Fue muy necesario ser la primera banda que abría el Wizink Center con protocolo covid-19 y ser la primera que podía actuar por fin en una sala como esa con público.
PREGUNTA: ¿Qué supuso para ti aquello?
LOQUILLO: La gira de la pandemia fue la más importante de mi vida, en ese primer año de covid-19. Coger a Josu García, a Laurent Castagnet, a Igor Paskual y Gabriel Sopeña, e irnos en una furgoneta como hacíamos al principo de nuestra carrera a hacer recitales de poesía contemporánea, que es lo que nos dejaban hacer.
PREGUNTA: ¿Dices que para ti fue tu mejor gira, mejor incluso que la de 40 aniversario?
LOQUILLO: Sí, sin duda. Aquello era militancia, el meternos en una furgoneta, llegar a un lugar para tocar, que te dijeran que la comunidad de turno había suspendido los conciertos, recogerlo todo de nuevo y tirar hacia otro lugar. Fue una locura, pero una locura maravillosa. Frente a lo que piensa la gente del ‘show business’, nosotros hicimos lo que había que hacer. La gira de la pandemia es de las cosas de las que más orgulloso estoy en mi vida.
«Los tuvimos cuadrados por salir de gira cuando aún no había vacunas, pero había que hacerlo»
PREGUNTA: ¿No te pensaste dos veces lo de salir de gira en esas condiciones?
LOQUILLO: La vida es de los que arriesgan. Era una manera de decirle al mundo que esto es un oficio, que tiene unos profesionales y unos técnicos que han sido olvidados durante la pandemia.
PREGUNTA: ¿Lo hiciste también como una misión social, para devolver a tu público parte de lo que te había dado previamente?
LOQUILLO: Totalmente. Hubo muchos valientes que vinieron en un momento muy difícil y nosotros los tuvimos cuadrados por salir de gira cuando aún no había vacunas, pero había que hacerlo. Me siento superorgulloso y puedo mirarme al espejo pensando que no me quedé en casa.
PREGUNTA: ¿Qué echas en falta en la gestión cultural del Gobierno durante la crisis pandémica?
LOQUILLO: A día de hoy todavía no se ha hecho ni una campaña para reivindicar la cultura en España, después de estos daños de oscuridad. Es algo necesario, porque la gente tiene que volver a los conciertos, a los cines. El presidente del Gobierno dijo que saldríamos más fuertes. ¿Perdón?
PREGUNTA: A ese respecto, ¿qué piensas de iniciativas como el bono cultural?
LOQUILLO: Solo diré que la trayectoria del anterior ministro, como dijo Juan Echanove, fue vergonzosa. A los nuevos responsables del Ministerio de Cultura hay que darles la opción de que se den cuenta de que un 3% del PIB nacional es algo muy importante, solo hay que verlo en países como Francia o Inglaterra, donde la cultura es una de sus tapas y cartas de presentación hacia el mundo. Pido que aquí esto no sea un: ‘Que espabilen como puedan’.
PREGUNTA: Ahora toca salir de nuevo de gira, ¿intentarás recuperar aquel El último clásico que quedó a su suerte?
LOQUILLO: Lo bueno que tengo ahora es que, con el paso del tiempo, ya hay una serie de temas de ese álbum que se han decantado y que tocaré junto con un grupo de este disco. Entre uno y otro, tengo 12 canciones nuevas que puedo tocar.
Loquillo tocará con su banda en Lorca (Murcia) este 30 de abril como inicio de gira. Después llegarán San Sebastián (Kursaal, 13 de mayo), Gijón (Metrópoli Gijón, 2 de julio), Barcelona (Jardines de Pedralbes, 15 de julio), la localidad tarraconense de Cambrils (Festival Internacional de Música, 3 de agosto) y Valencia (Jardines de Viveros, 4 de agosto), entre otros puntos. El 15 de octubre retornará al Wizink Center de Madrid.
