Love of Lesbian en Londres - Rock Sin Subtítulos

Los artistas españoles también hacen las maletas

Internacionalización. Si esto fuera un portal sobre economía y empresas esta sería una de las palabras más utilizadas. Pero aplicado a la música en vivo tampoco está mal. ¿Qué grupo no le gustaría darse algún capricho al año y apuntarse un directo en Londres, Berlín o París? No parece un objetivo fácil, pero la multitud de españoles que han salido del país y se han instalado en las diferentes capitales europeas en busca de un futuro mejor pueden haber abierto un mercado. Así lo está demostrado la iniciativa Rock Sin Subtítulos, que desde 2008 organiza conciertos de grupos españoles en diversas salas de Londres.

El proyecto nació con el boom migratorio aún en pañales, simplemente como un experimentó que resultó salir más que bien. “La iniciativa surge cuando entro a trabajar en la sala de conciertos JAMM del barrio de Brixton y convenzo a los dueños para organizar un concierto con un grupo español. Los resultados fueron apabullantes en todos los aspectos, pese a mi inexperiencia, y me animaron a intentarlo una segunda vez, con idénticos resultados”, explica el director de Rock Sin Subtítulos, Fran García. El promotor reconoce que, dada su inexperiencia, aquello fue un “salto al vacío sin red”, pero la respuesta del público le ha demostrado que había un mercado receptivo a la llegada de grupos españoles en la capital británica.

El público
A pesar que en 2008, cuando se celebró aquél primer concierto de Marea, nadie hablaba de crisis en España, la realidad es que el proyecto se ha visto impulsado por el boom de la emigración española por Europa. “No fue algo premeditado, pero es cierto que tuvimos la suerte de estar en el lugar correcto en el momento adecuado”, define García, que asegura parte del éxito de estos directos se explica por el “cariño especial con el que todos los que viven alejados de su tierra natal miran este tipo de iniciativas, quizás por la morriña que les produce o por encontrar una vía de escape al hecho de tener que estar alejados de los suyos por cuestiones de necesidad económica”.

De hecho, la respuesta del público está siendo la clave para que las salas británicas, que “al principio siempre te toman por el pito del sereno”, acaben abriendo sus puertas a la llegada de bandas españolas. García explica como, a pesar de contar con una sólida de trayectoria de seis años encadenando éxitos, la mayor parte de los locales desconfían y piden montañas de documentación y referencias previas antes de cerrar el trato. “Ahora empezamos a recibir llamadas de las propias salas para que organicemos eventos, pero solo lo hacen cuando ya saben quién eres y qué historial tienes”.

Una programación continua y diversa
Más allá de la aceptación del público, el principal éxito de Rock Sin Subtítulos radica en haber creado una programación de música española que supera el folk y el atractivo turístico para dar una oportunidad a las bandas nacionales de tener su oportunidad de presentarse en salas foráneas. “Hasta 2008, en Londres solo llegaban artistas españoles relacionados con la World Music, el flamenco y el mestizaje. Nosotros hemos logrado darle continuidad a las actuaciones y traer a todo tipo de artistas, independientemente de su estilo musical”, argumenta García. Como botón de muestra, aquél primer concierto de Marea en 2008, el de La Fuga que le siguió o los que vendrán de Rosendo, Mclan o Iván Ferreiro, que, además de en la capital británica, actuará también en Edimburgo, Dublín y Berlín.

Porque el proyecto ha llegado a otras capitales europeas con una colonia de españoles suficiente como para abrir un mercado. “Pensamos en la gente que se ha tenido que ir del país por motivos económicos y queremos que, a través de la música, puedan ‘volver a casa’ durante unas horas”. Un argumento que ha convencido a los miles de españoles que han pasado por los conciertos de Rock sin Subtítulos. ¿Y los grupos? “Nuestra impresión es que todos disfrutan como enanos de la cercanía, emotividad y complicidad que se vive en estos conciertos. Para muchos supone un poco volver a sus inicios, con el público casi encima de ellos en salas de pequeño y mediano aforo. Para otros, revitalizarse y recordar el motivo por el que un día decidieron dedicarse a la música. Tanto público como artistas lo viven de manera intensa y especial”, concluye García.