Menores de edad que «escenifican historias tortuosas, recrean versos atroces y cacarean expresiones jergales que no comprenden. Si algún adulto les advierte que aquello no procede, aceptan sin rechistar: obediencia ciega a los guardianes del acceso al paraíso de la fama. Bienvenidos al mundo del talent show, el único formato televisivo que todavía cuenta con la música como ingrediente». Así de crudo y claro se expresa el periodista musical de referencia Diego A. Manrique en un texto en el que radiografía brevemente la realidad del país para acabar dándose cuenta de algo no tan obvio: «Somos nosotros, los musiqueros, quienes definitivamente residimos en un universo paralelo, en una lejana galaxia reservada para especies raras».
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Seguramente el público al que se refiere Manrique no conocerá tampoco a Marc Almond, ni sabrá que el viernes pasado salió a la venta Hits and Pieces, una recopilación que por primera vez recopila singles de todas sus etapas, incluida la de Soft Cell. Pero ahí está en musiquero como Rafa Cervera, quien en seguida ve en ello «una buena excusa para hablar del cantante, de sus visitas a Valencia y de la riqueza de su amplio repertorio musical».
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En la Comunitat Valenciana, por cierto, es donde se concentran también muchos de los festivales de música que protagonizan el verano, que han recibido una nueva noticia recientemente: «el pleno del Ayuntamiento de Benicàssim ha aprobado por unanimidad el Plan especial para la calificación de suelo dotacional de uso deportivo-recreativo que supone una ampliación de usos del recinto de los festivales, donde se celebra, entre otros, el FIB, según ha informado el consistorio en un comunicado».
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Las malas noticias llegan del otro lado del charco. En un concierto en Argentina, en el que había 300.000 personas, ha habido al menos dos muertos por una avalancha, que se produjo 20 minutos después del inicio del show, cuando el cantante detuvo la actuación para pedir a la gente que no pisase a una veintena de jóvenes que habían caído al suelo.
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