Raphael en la gira 'Resinphónico'. Foto: Jaime Massieu

‘Made in Spain’, la fortaleza de los artistas nacionales

Las nuevas generaciones de músicos disputan el trono a los grandes artistas de siempre. Pero algo ha cambiado en dos décadas. Hoy no hace falta tener un disco en el mercado para girar y coleccionar sold outs.

Los gatos, siete, y Raphael, ocho. O más. La carrera de El Divo de Linares ha tenido mil y un rebrotes artísticos, y se ha mantenido presente entre las giras más exitosas en España en los últimos años. Con el espectáculo Raphael Sinphónico, el cantante consiguió movilizar a más de 120.000 personas, atesorando 26 sold out. Pero no hace falta ser Raphael para tener varias vidas en esto de la música. Basta con haber empezado la carrera unas décadas atrás. Estopa, Loquillo o Alejandro Sanz son algunos de los artistas con trayectorias longevas que siguen anclados en lo más alto del escalafón de popularidad. Las giras más top siguen siendo las de los nombres de antaño.

Para Rosa Lagarrigue, de la promotora RLM, encargada de los tours de Raphael, estar en la cresta de la ola todo el tiempo “es muy difícil”. “Suele ser cíclico”. Aunque constata que los grandes tienen una capacidad de absorción de nuevo público fuera de lo previsto. “Se está demostrando que hay espectadores para todos y hemos comprobado, por ejemplo en el caso de Raphael, que las nuevas generaciones pueden sumarse e interesarse por él”. El artista andaluz participó, contra todo pronóstico, en la edición 2015 del festival Sonorama Ribera.

“El contenido artístico nacional no se difumina, los grandes nombres que saben gestionar sus carreras se mantienen y siguen teniendo peso en el circuito nacional: el propio Raphael, pero también Serrat y Sabina, Miguel Bosé…”, explica Lagarrigue. A diferencia de lo que sucede en el panorama internacional, en el circuito nacional hay más permeabilidad. “Sigue habiendo artistas de hace años que llenan grandes recintos, pero los hay más recientes que también lo hacen, como Vetusta Morla. Todo el mundo quiere vender tickets, pero para hacerlo hay que ofrecer algo: Vetusta Morla no hace ahora el mismo directo que cuando empezó, han invertido tiempo y dinero en su espectáculo”, dice Keina García, responsable de la promotora y agencia de management Artica.

Las claves que llevan a ese relevo son muchas y complejas. “Esta es una industria extremadamente difícil. Necesitas buenas canciones, buena producción, talento, inteligencia, carisma, tener un concepto artístico, capacidad de trabajo, saber rodearte del equipo adecuado, tener un directo brutal, manejar redes sociales, ambición, fe, paciencia, etc.”, enumera la promotora de RLM. Las variables que cita Lagarrigue, necesarias para que las carreras se mantengan, sirven perfectamente para ilustrar lo que resulta oportuno para que otras surjan con fuerza. Pero, ¿aparecen realmente nuevas carreras tan potentes con pocos años de trayectoria a sus espaldas?

Los grandes nombres que saben gestionar sus carreras se mantienen y siguen teniendo peso en el circuito nacional

Rosa Lagarrigue, RLM

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Foto de Juanlu Vela

Nuevas e inciertas carreras

Según el Anuario de APM de 2018, Pablo Alborán reunió a casi 300.000 espectadores en 30 shows, pero también lo hicieron Pablo López y Rozalén; ambos se sumaron a habituales de la lista como Manolo García, Antonio Orozco o Joan Manuel Serrat. Surgir, surgen nuevas carreras, pero cada vez se complica más la previsibilidad de estas. ¿Quién podía prever un bombazo como el que ha supuesto Rosalía el año 2019 con el final apoteósico en Barcelona de dos Sant Jordi seguidos? ¿O el resurgir de una marca como la de Operación Triunfo, que en 24 conciertos consiguió 288.640 espectadores?

“Ahora hay muchos más artistas medios. Antes podía haber diez o veinte grandes artistas de esa dimensión. Y ahora hay el doble. No se han difuminado las carreras de los grandes artistas, pero sí se han incluido en una olla muchos más artistas de clase media”, sostiene Íñigo Argomaniz, de Get In, promotora musical fundada en Donostia en 1991. Un razonamiento similar ofrece Maricruz Laguna, directora de la empresa de management y promotora GTS. “Estamos en un momento en el que, por un lado, artistas ya establecidos se mantienen en lo más alto con grandes giras, y seguro que van a seguir muchos años más porque tienen un enorme número de seguidores, pero, por el otro, no se puede negar que existe una generación de jóvenes talentos que llega con una gran fuerza”.


Pablo López en el Polo Music Festival de Barcelona. Foto de José Irún

“Nunca había habido tal bombardeo musical. Tantas canciones. Hay tal cantidad de artistas nuevos que aún lo tenemos que madurar…”, dice el responsable de Get In. Él mismo cuenta en su roast con Marta Soto o Nil Moliner, además de muchas bandas que funcionan en La Riviera o el Sant Jordi Club, y algunas sin disco en la calle. “Eso era imposible hace cinco años… ¿Artistas sin ningún disco metiendo 2.000 personas en una sala?”. Según Íñigo Argomaniz, hay otra variable a tener en cuenta: los fenómenos nacen más claramente que nunca de abajo hacia arriba. Lo que hace aún más difícil darle un encaje industrial, un acompañamiento profesional que potencie la estabilidad a una carrera.

Cambian, por tanto, los indicadores que apuntalaban en qué se fijaba la industria. Keina García trabajaba ahora mismo en el desarrollo de la carrera de Cecilia Krull, cantante de la sintonía de La Casa de Papel (55 millones de reproducciones en Spotify con el single): “Cecilia Krull, a nivel de plays, es brutal. Forma parte de un grupo de artistas con exposición muy grande pero que si preguntas quienes son, la gente no lo sabe. Hoy día tienes una exposición global que puede hacer que un tema funcione bien pero que la gente no vaya a una sala. Al final, no te puedes saltar los desarrollos”. La misma García explica que “constantemente hay nuevos circuitos”, y que es fácil decir “de dónde ha salido este”, pero que estando en el sector es sencillo ver que todo el mundo ha tenido dichos desarrollos. “C. Tangana ha empezado desde lo más abajo. Muchas veces los artistas no crecen claramente a vistas de la industria, pero de la noche a la mañana es raro que haya un super éxito”.

El sector de la música en España vive en mutación constante. Y así también los actores de éste. Los profesionales consultados para este artículo apuntan a una clara evolución en los últimos años de las empresas alrededor de la música: las agencias de management hacen también booking, los promotores trabajan desarrollos de artistas, y todos gestionan la comunicación online. La lista de invasiones es infinita. Esto se debe
a lo pequeño que es el mercado en comparación a Francia, Inglaterra o Estados Unidos, y a la falta de regulación. Y a que las redes sociales no han hecho más que dinamitar los papeles.

Íñigo Argomaniz dice que antes en el sector todo era más artesanal y orgánico, incluso familiar. Ahora se necesitan más áreas, pero con los pocos recursos que se tienen, lo que ocurre a la postre es un intercambio de roles constante. Keina García es de la cuerda que esos equipos deberían caminar hacia la especialización. “Cuando yo empecé, aquí todos los mánagers hacían de bookers, sí, pero cuando comencé a trabajar fuera de España vi que no era así e hice el click. En Estados Unidos, cada artista, aunque no fuese grande, tenía su booker, mánager o abogado. Una estructura, vamos. Hoy en día es necesario que se mezcle todo. Aunque creo que si nos especializáramos más, no nos iría mal”.

Antes, para desarrollar la carrera de un artista hacíamos principalmente giras. Hoy en día, muchos quieren ir a festivales: te dan una exposición más grande

Keina García, Artica

Rozalén en el WiZink Center de Madrid. Foto de Jaime Massieu

El relevo en los festivales

En los últimos años han aparecido muchos festivales de música por todo el territorio español. Y ocupen o no los escalafones más altos de los line ups, lo cierto es que los festivales españoles llevan ADN de grupos patrios.

Cada año, un buen puñado de cantautores y bandas repiten entre los eventos más notorios del país. Algo que, en voz del sector, les ayuda a consolidar luego giras por salas de pequeño y mediano aforo. Según los promotores, las visibilidad en los festivales sí que es buen acompañante de las carreras noveles. “Para muchos artistas tocar en festivales puede ser un modo de empezar a consolidarse, se pueden considerar un referente para ellos, y eso en ningún caso significa una dificultad a la hora de desarrollar sus carreras en el directo. Lo contrario, es el primer paso. La mayoría pueden alternar durante una gira actuaciones en salas, teatros y, por qué no, festivales”, dicta Maricruz Laguna.

La ticketera WeGow publicó este 2019 las cifras de un estudio que mostraba los artistas españoles que más se habían prodigado por festivales nacionales en el último año. Y los resultados eran sorprendentes. Entre ellos, destacaban en el primer puesto Carolina Durante, que sólo contaban con un primer disco, de título homónimo, y de amplia difusión vía streaming. También Miss Caffeina, Second, Zahara o Cariño; estas últimas también habían alcanzado altas cotas de popularidad con tan sólo un disco en el mercado. ¿Podrán crecer también esas carreras en sala o se quedarán ancladas a los festivales?

Keina García habla sobre esta cuestión con conocimiento de causa, fruto de su experiencia con artistas de gran rendimiento en festivales pero menos protagonismo en salas. “Antes, para desarrollar artistas, hacíamos principalmente giras. Cualquier artista medio te hacía mínimo cien conciertos al año. Hoy día, muchos artistas quieren ir a festivales: te dan una exposición más grande. Sirven de promoción. Y los hay incluso que no funcionan en salas pero sí en festivales. Mira Delorean, artistas de directo 100% que en festival tenían un público mucho mayor de los que tenían en sala”.

¿Cómo será entonces de seguidora y fiel la gente de los grupos en los próximos años? ¿El consumo acelerado de temas en las plataformas de streaming y la irrupción de festivales, que están lanzando nuevos reto a los profesionales del sector, permitirán carreras largas y en grandes plazas para los artistas? “Más que subir al escalafón, cuesta mantenerse. Ahora trabajamos la gira de Sabina y Serrat, dos artistas que tienen los dos más de setenta años y llenan cuatro WiZink Center, ¿quien llenará dentro de 50 años espacios tan grandes? A la velocidad que va el tren…no sé si va a ser sencillo para muchos mantenerse durante años en esto. No sé siquiera si el contenido de esta entrevista tendrá validez cuando se publique”, lanza Argomaniz, entre bromas.


Este texto de Yeray S.Iborra ha sido originalmente publicado en el ‘Anuario de la música en vivo 2020 – Especial 20 Aniversario‘ de la Asociación de Promotores Musicales.