La IMB International Music Business School es una escuela creada por David Loscos, impulsor en 2004 del Postgrado en Gestión del Negocio Global de la Música en el marco de la UPF Barcelona School of Management. Hoy, catorce años después de ese pistoletazo de salida y tras haber formado a más de 400 estudiantes y diseñado e impartido asignaturas en centros docentes especializados como Berklee College of Music, Esmuc y la Universidad Alberto Hurtado de Chile, Loscos da un paso más y su IMB School echa a andar de forma independiente.
Así, a partir de septiembre, el centro impartirá el Postgrado en Gestión del Negocio de la Música en el Conservatorio del Liceu, y lo hará con un programa que implementa un «modelo de aprendizaje vivencial que combina el conocimiento experto con una metodología learning by doing«. El programa cuenta con Sony, Primavera Sound, BMAT y Sala Apolo como primeros partners y se dividirá en tres proyectos colectivos: IMB Artist Talent, IMB Festival y IMB Label. Además, también impulsará una plataforma de networking propia «dedicada a dinamizar las relaciones entre alumnos, profesores y organizaciones del sector de la música».
Según informa la propia IMB School, y de acuerdo con los datos ofrecidos por el Observatorio Social de La Caixa (enero 2018), el sector cultural en España aglutina alrededor del 2,5% del empleo total, casi medio punto por debajo de la media europea. Son trabajadores con una alta cualificación (el 77% tiene estudios superiores), con un nivel de emprendeduría muy superior (37%) al de los empresarios individuales en el total de la economía (17%), pero con una estabilidad laboral inferior a la media de los empleados en el total de la economía.
Esto último puede derivar de que la formación muchas veces no es específica para las competencias que hay que dominar en la realidad laboral del sector cultural y quizá por tanto no se logra consolidar una mayor calidad del empleo en este sector. Es decir, que muchas veces los profesionales de la cultura no poseen todas las competencias necesarias en relación a los puestos de trabajo específicos que ocupan dentro del sector de la cultura. La industria, por tanto, requiere de profesionales formados. Ese es el camino hacia la profesionalización.