Episodio Aparentemente Letal es el primer largo de Le Voyeur, el nuevo proyecto musical de Miguel Marcos, que renace como una máquina kraut, pospunk, noise y rock. El álbum, que vio la luz a mediados de abril, es un contenedor de referencias que van desde lo musical a lo poético pasando por lo cinematográfico, pictórico y performático. Pero es en los conciertos donde la banda se siente más cómoda y va marcando su propio camino. Marcos, de hecho, afirma a APMusicales.com que es sobre el escenario donde el grupo alimenta sus monstruos, «convirtiendo el espectáculo en una liturgia» de rock’n’roll.
Para llegar allí, reconoce que hay una búsqueda constante entre el background sonoro que ya forma parte de una mismo, por lo que emergen algunas de las experiencias que marcaron la piel de un chaval que soñaba con ser músico. «Quizás en los primeros años de mi formación musical estén las claves de lo que significa hoy Le Voyeur. Yo vengo del rock, de la poesía, del punk, pero también del jazz», explica.
De hecho, como espectador, destaca que uno de los conciertos que más le han marcado fue el de Pat Metheny en el Festival de Jazz de Vitoria a principios de los 2000. El músico, habitual del festival vitoriano, fue además ese año el encargado de dirigir un seminario en el que compartió sus conocimientos con 69 alumnos, entre los que estaba Marcos.
«El camino es largo y el aprendizaje también. En realidad es difícil viajar en el tiempo para descubrir las innumerables influencias que se acomodan en la parte de atrás de tu cabeza. Pero es necesario hablar de los conciertos que sí tatuaron mi alma. Hablo de conciertos como los de Nick Cave & The Bad Seeds, que probablemente sigan siendo a día de hoy una de las bandas más en forma del planeta; las performances de Lou Reed; los Swans de Michael Gira; Joe Henry; Tindersticks; Patti Smith; o el riesgo que asumen guitarristas del más alto nivel como Marc Ribot, Arto Lindsay, Nels Cline o Gary Lucas».
En directo, acompañan hoy a Le Voyeur Richard Libeton, Miguel Ángel O. Rutina, Javier Escobar, Diego Serrano, Sandra Delaporte y Bruno Galindo, aunque en la grabación participaron Alberto Malalengua y Fernando Vacas como productores, Luca Petricca a la mezcla y Fred Kevorkian a la masterización.
