¿Quién es quién en la cadena de producción?

Si todo sale bien, es porque existe un staff de decenas de profesionales de producción trabajando en tareas de máxima especialización antes, durante y después del show. En un gran espectáculo, todo el mundo tiene su rol asignado. Ya nada se deja al azar.

El apagón previo a un concierto, blackout en la jerga del espectáculo, funde en negro el escenario y somete al público a un delirio anticipado. Para el stage manager, al mando de lo que sucede sobre el escenario, la tensión es máxima. Y no digamos para quienes están en el backstage esperando el arranque del show.

La música es una actividad artística especialmente colectiva. Que se lo digan, si no, al ejército que existe detrás del tour manager, “que al final de todo lleva la responsabilidad, pues debe solventar con astucia los muchos problemas que le suceden desde que se levanta hasta que devuelve el artista a su habitación”, en palabras de Dante Arrigo, de Tyche Barcelona. Dante sabe de lo que habla, atesora una carrera larga como production manager a nivel internacional desde 1973, y conoce los engranajes de la cadena. Una cadena de trabajo que en su Estados Unidos natal estaba bien engrasada cuando él daba sus primeros pasos, suministrando equipos de sonido para todo un Harry Belafonte. “Los tour managers, site coordinator, riggers, runners… llevan décadas realizando su función […] los artistas musicales más importantes siempre han contratado a gente para escenificar su espectáculo”, dice. Gus Gómez, jefe de producción y montaje de LD Eventos, especializado en giras internacionales, puntualiza cómo en la producción local de nuestro país no se contaba, hace veinte años, con figuras hoy en día fundamentales para espectáculos de masas: los ingenieros que calculan los aforos, los head riggers (capaces de asegurar que equipos de sonido y luces puedan colgarse del techo), técnicos de IT y redes, responsables de ticketing, hospitality, etc.

La deuda guiri

Profesionales como Chony Margalef, CEO en PennyWise reconocen que
la “deuda guiri”, por así decir, es alta: “me formé gracias a todos aquellos tours managers internacionales que venían con sus grupos, métodos de trabajo y hojas de cálculo”. ¿Algún momento epifánico del que aprendió especialmente? “Los primeros grandes conciertos o giras que realizamos entre finales de los ochenta y principios de los noventa fueron el punto de inflexión para luchar por poder hacerlo bien”. Tanto es así que cuando fundó su primera empresa de personal para eventos, en 1993, la nomenclatura de los perfiles era la misma que se usaba en el mercado foráneo (hands, scaffolders, climbers). La falta de profesionalización de los promotores locales permitió que surgiesen otros perfiles, como el del advance manager, para controlar mejor las giras como avanzadilla.

Aún así, había un autodidactismo que se nutría de dos palabras: sentido común y entusiasmo. Y cierto toque de locura, por qué no. “En España hemos aprendido a base de trabajar, empezando de cero, con muchas ganas de saber cómo se hacían las cosas… y yo soy un enamorado de esa actitud”, comenta Kata, production manager de Live Nation y colaborador durante años de Gay Mercader, cuyo bautismo de fuego tuvo lugar en el histórico bolo español de los Stones en el Calderón. Él sigue hablando de su trabajo con auténtica devoción y se declara old school total: “pero estoy al loro de todo, no me gusta decir que cuando empecé eran tiempos mejores”.

Arrancando el siglo, profesionales que empezaron jóvenes a finales de los noventa, como Olga Payar, de ARN Culture & Business Pride, la productora del AV Festival que trajo a Morrissey por primera vez en solitario a España, fueron asumiendo en su labor los roles existentes. Ella cuenta cómo en aquella época la música estaba “controlada por unas pocas empresas”, si bien admite que el tejido se ha ido diversificando con los años. De ahí que pueda hablarse, en la actualidad, de industria de la música en vivo a distintos niveles, aunque el aumento de los intermediarios, por la especialización y profesionalización en el sector, se produzca en cada capa. Si hablamos de conciertos en salas, por ejemplo, según Herminia Martínez encontramos a varios interlocutores: el personal de sonido e iluminación, programador o programadora, el responsable de comunicación, el departamento de administración, etc. De todos ellos dependerá lo profe- sionalizada que esté la sala. “Ocurre igual con los grupos”, remata la hasta hace poco coordinadora de Girando Por Salas, programa público que impulsa las giras de bandas talentosas con proyección nacional.

«En España hemos aprendido a base de trabajar, empezando de cero, con muchas ganas de saber como se hacían las cosas».

Kata, Live Nation

Un pequeño ejército

Un tour de primer nivel es capaz de mover alrededor de 200 personas en la carretera, más una cantidad similar de trabajadores en el lugar de la actuación. ¿Qué fauna pulula por ahí? Fans de subculturas musicales, pero también escaladores o estudiantes, han suministrado no poco personal para las cuadrillas ocupadas en las tareas de montaje y desmontaje en conciertos y festivales.“Te pueden montar una manifestación como no los coordines bien”, bromea Kata. El staff que forman en caso de una gira grande es imponente, y, según Margalef, todo el mundo tiene su rol asignado. Puntualizando lo siguiente: “si haces una gira de clubes y vas con lo mínimo, un tour manager puede llegar a asumir cualquier papel, desde stage manager hasta roadie, carga y descarga, contable, etc.”. La trayectoria del jefe de PennyWise, desde La Iguana -donde comenzó su carrera con otro veterano de la escena como es Robert Grima,President and Head Promoter de Live Nation España-, nos invita a conocer una perspectiva muy amplia… desde el montaje de bolos con colegas, en los albores del indie, a la profesionalización de buena parte del sector en pleno siglo XXI.

No hace tanto que, en las escenas más independientes, “había tareas que no tenían una persona asignada, o bien las asumía la misma persona”, como explica Martínez. Sigue ocurriendo cuando los presupuestos andan justos: “Lamentablemente existe la figura conocida como BAROCOME, que hace de Backliner, Roadie, Conductor y Merchandising, lo que es agotador para quien realiza esta tarea… mientras que en otras giras, sin embargo, puedes tener jefe/a de prensa, encargado/a de medios y community manager”. Silvia Becerra, responsable de management y producción en el festival Gigante, asegura que aún tratándose de una gira modesta “no es viable que una sola persona se encargue de todo… son fundamentales la figura del manager, del road manager y del responsable de producción que se encargue de la logística del evento, la comunicación y el ticketing”.

Y eso que una excesiva segmentación entrañaría peligros, según Martínez: “Me da la sensación de que cuánto más grande es un artista, más dinero genera y más gente puede atender al trabajo. En el caso de Residente, lleva una crew sobredimensionada donde cada detalle hay que hablarlo con una persona distinta, lo que genera pérdida de tiempo”. Gómez, que ha trabajado para gigantes del calibre de Bruce Sprinsgteen, prefiere poner el énfasis la buena coordinación, así como en una buena agenda de contactos especializados.

Atado, pero bien

“La pre producción es el 80% del trabajo”, asegura Gómez. En ella
se emplean meses de preparación, comenta Becerra. Según Payar, es
en esta parte del proceso cuando los productores determinan qué equipo se necesita, preparando el terreno para reaccionar rápido. “Las giras son muy duras para los artistas y el resto de personal, hay que ser sensibles y entender que no todos los días se está bien, que pueden surgir contratiempos, hay que preverlos y resolverlos de manera ágil por el bien de todos, público incluido”.

Promotoras, managers de artistas, agencias, etc., deben hacer su trabajo con meses de antelación. Lo que Arrigo denomina “equipo de depacho” cierra “ofertas, contratos, vuelos y alojamientos, entrevistas”, en coordinación con la entidad local. Que un espacio escénico sea de titularidad pública o privada, que se trate de un festival de varios días y no de una fecha dentro de una gira de una artista o banda… son escenarios, nunca mejor dicho, que determinan cualquier producción. Todo ese trabajo previo se recompensa con cierta tranquilidad, como reconoce Martínez, que sudó lo suyo como directora de producción de Etnosur desde 1997: “Recuerdo muchos festivales en los que el día previo era tranquilo para mí, puesto que la paliza me la había dado antes y estaba lista para empezar”.

¿Quién trabaja en un concierto?

El marketing y las escuelas audiovisuales, además del protocolo y los eventos corporativos, siguen proporcionando personal a las promotoras musicales. Pero pese a la proliferación de los grados de especialización, másteres, módulos de FP y cursos, parece que la experiencia sigue pesando mucho. Y es que, en la línea de lo que cuentan productores como Kata, la carretera curte. “Es verdad que el saber no ocupa lugar, pero echo de menos que prime un poco más la experiencia… nosotros hemos hecho de todo. Si antes de mánager eres conductor, mejor, puesto que te habrás enriquecido con la calle, ¡a mí me encantaba ser climber, colgarme a 20 metros!”, exclama.

Los perfiles más técnicos son otra historia: “Es una industria que cambia mucho y a pasos agigantados: quien tiene un puesto técnico de responsabilidad realmente cobra por alquilar sus conocimientos”, dice Arrigo. Tanto la práctica como las formaciones específicas hacen de estos profesionales gente muy competente, sobre todo si han pasado por distintos perfiles, aunque la excoordinadora de GPS echa de menos “un módulo público que enseñe de management y booking”.

Ok Computer?

Evidentemente, sí. Pero, ¿en qué medida la tecnologia ha influido
en la comunicación interna de los equipos? Todos los entrevistados coinciden en que las aplicaciones para reunirse a distancia, la mensajería, la gestión interna, internet en general… les ha facilitado su labor diaria. Lo que ha llovido desde el télex, el teléfono y el fax, ha situado estos instrumentos en una era casi remota. Porque esa evolución se ha producido a una velocidad brutal. Aunque la hiperconectividad o lo inconexo de ciertas comunicaciones. cuando no el sobreabuso de ciertas plataformas de chateo, pueden volver la digitalización en contra. “Quien envía un mail y simplemente confía, corre peligro”, sentencia Arrigo.

Infografía sobre la cadena de producción por Oriol Vidal

Este texto sobre la cadena de producción de un evento en vivo de Isabel Guerrero ha sido originalmente publicado en el ‘Anuario de la música en vivo 2020 – Especial 20 Aniversario‘ de la Asociación de Promotores Musicales.