Quique González: «Quiero conciertos crudos, con silencios»

Foto: Luis Garía Montero (i) y Quique González

Quique González solo tiene palabras de agradecimiento para su poeta y amigo Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, quien ha puesto la letra de las canciones de su nuevo disco, Las palabras vividas, un trabajo más acústico y menos eléctrico que empieza ahora su periplo por salas del país, como cuenta a Apmusicales.

PREGUNTA: ¿Ha sido complicado musicar las letras de Luis García Montero?
QUIQUE GONZÁLEZ: Luis te lo pone muy fácil, porque todo lo que envió ya tenía música de alguna forma por su métrica y su rima, cosas a las que él no está sujeto cuando lo que hace es escribir sus poemas.

PREGUNTA: Ha sido un trabajo hecho a largo plazo, ¿hay algo que le confiera unidad?
QUIQUE GONZÁLEZ: Pues por ejemplo había una canción maravillosa a la que César Pop puso música y que parecía una copla de Carlos Cano. Me encantaba el tema, era de mis favoritas, pero estaba lejos de la música que conozco y de mi forma de interpretar. Lo veía fuera del tono del disco, sobre todo al terminarlo.

PREGUNTA: ¿Es tu disco menos roquero en mucho tiempo, en la línea de Kamikazes enamorados?
QUIQUE GONZÁLEZ: Es menos eléctrico y más acústico, eso es cierto.

PREGUNTA: Y no viviendo desde hace tanto tiempo ya en Madrid, ¿tu obra se puede seguir definiendo como poesía urbana?
QUIQUE GONZÁLEZ: No depende de vivir en un entorno rural o en Malasaña. Las calles también están en los pueblos y a veces allí hay mucha más comunicación con el que vive a 15 kilómetros que con tu compañero de piso.

PREGUNTA: ¿Dónde queda el cantautor político de Delantera mítica?
QUIQUE GONZÁLEZ: No le damos descanso al Quique político, porque se hace política desde que decides tirar una colilla en un cenicero o en el suelo.

«Se hace política desde que decides tirar una colilla en un cenicero o en el suelo»

PREGUNTA: El sonido del disco es muy particular, parece un susurro al oído del oyente…
QUIQUE GONZÁLEZ: Prefería sacrificar la pulcritud en aras de lo espontáneo y lo natural. Lo que importa es la interpretación y que el que está al otro lado del altavoz crea en lo que se hace. Yo soy un poco desordenado y caótico en mi vida y eso lo llevo al estudio para que todo suene lo más natural posible.

PREGUNTA: Se ha grabado como el anterior, ¿con todos los músicos juntos?
QUIQUE GONZÁLEZ: Sí, se grabó con esa intención de tocar todos juntos en el estudio y que las tomas de voz se repitieran lo menos posible para que fuese un disco prácticamente no editado en comparación con lo que se estila ahora.

PREGUNTA: Como el álbum, ¿esta va a ser una gira con dos nombres?
QUIQUE GONZÁLEZ: No, solo a mío y junto a mi banda, con un sonido muy acústico en el que nos acompañarán Ton Brunet y Diego Galaz, como en el disco, pero no César Pop, que está ahora muy ocupado con Leiva.

PREGUNTA: ¿Vas a asimilar el tono del espectáculo al del disco?
QUIQUE GONZÁLEZ: Vamos a llegar un punto medio entre el disco y las canciones más poéticas, más intimistas y folkies que he grabado. Por lo visto en los ensayos creo que será algo muy bonito y emocionante, cercano al espíritu del disco. Aunque seamos muchos músicos en el escenario, quiero que haya mucho espacio, que sea crudo, con silencios.

PREGUNTA: ¿Habrá una segunda parte del disco?
QUIQUE GONZÁLEZ: No voy a decir que dentro de 10 años haremos otro disco, sería una irresponsabilidad, pero trabajar con Luis ha sido un regalo en todos los sentidos, el artístico y el personal.

Recién comenzada la gira de Las palabras vividas, Quique González prosigue la marcha por Cáceres (8 de noviembre, Palacio de Congresos) y Burgos (10 de noviembre, Cultural Caja de Burgos) y ya tiene compromisos en ciudades como Barcelona (27 de noviembre, Palau de la Música), Bilbao (30 de diciembre, Teatro Arriaga) o Madrid (14 de enero, Teatro Circo Price).