¿Qué pasa con las empresas? Hablo de esas que tienen clientes a cientos y a miles o millones. ¿Hasta qué punto tenemos en cuenta las emociones de nuestros clientes? Qué sentirán firmando nuestra póliza de seguros, o al coger con sus manos nuestro producto en el lineal del supermecado; qué sentirán cuando desembalen en sus casas nuestro televisor de pantalla plana en 3D o rellenando nuestros formularios para acceder a nuestros servicios; qué sentirán haciendo cola en nuestros establecimientos o cuando nos llamen por teléfono para informarnos de que algo está mal en el producto que compraron… Todo eso es vital para su ACTITUD hacia nosotros. Y su actitud es vital para nuestra SUPERVIVENCIA como organización o como empresa.
Esa actitud es clave para que se produzca la conexión emocional y el mundo del rock nos ofrece numerosos ejemplos de cómo nuestra propia actitud puede catalizar la conexión del público con una emoción. Grupos como los Sex Pistols, The Clash, The Jam, AC/DC, Nirvana, Motorhead o Metallica, por citar solo algunos, forjaron su leyenda en la ACTITUD con la que luego conectaron millones de fans.
Recuerde que los fans se reproducen, se perpetúan, evangelizan a otros sobre nosotros y nuestro legado. ¿No deberíamos pensar en sus emociones un poco más?
Debemos aprender de los músicos que la llave de los fans está en considerar su emociones e incorporarlas a nuestra normalidad, a nuestra forma de trabajar, a nuestra manera de crear cosas para ellos. Eso es lo que los músicos hacen constantemente, ni más ni menos.
