Rosendo, músico madrileño, probablemente el más querido del rock español, dice adiós con dos últimos conciertos en Barcelona este fin de semana. Que Rosendo se retiraba de los escenarios ya lo sabíamos desde marzo, cuando anunció su última gira. Lo publicamos en su momento en APMusicales.com: «Tras 45 años en el oficio, en el momento más sólido de su carrera, ha decidido tomarse un respiro».
No quedó ciudad por visitar: Jerez de la Frontera, Cáceres, Tarragona, Madrid, Navarra, Granada, Ponferrada, Jaén, Orense, Getafe, Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Murcia, Santander, A Coruña, Bilbao… Su gira de despedida, a cargo de Get In, promotora que pertenece a la Asociación de Promotores Musicales (APM), le ha llevado por todos los rincones de nuestra geografía. Con sus últimos conciertos en Madrid y Barcelona cierra una etapa para entrar en otra bien distinta, alejada de los focos y de los escenarios.
«A los que nos gusta el rocanrol ya somos casi ancianos«, declaró en una entrevista para APMusicales.com, en la que también habló de un concierto de Santana que le marcó cuando era joven, de «cuando empezaba a ponerse místico»: En sus primeros discos era todo muy percusivo. Creo que fue la primera vez que vino a España, ya todo vestido de blanco. Me parece que fue en el Teatro Monumental de Madrid y luego volví a verlo en el Pabellón del Real Madrid, cuando tenía 16 o 17 años.
Pero él mismo también ha inspirado a otros músicos. Lo recogimos en el Epic Concert de Embusteros: «Recuerdo que con unos seis años, a finales de los 80, me gustaban Hombres G y había un festival cerca de mi pueblo en el que tocaban”, cuenta Urbano. «A ese concierto fuimos mi padre y yo, pero él quería ver a Rosendo, que también estaba. Al final, Hombres G no pudieron ir, pero disfruté de los demás grupos como lo que era, un enano. Sobre todo, de Rosendo. Recuerdo estar haciendo air guitar entre el público y mi padre sentado en la grada».
Pero por no quedarnos con mal sabor de boca, El País ha recopilado 31 frases suyas para no olvidar. Según este periódico, es el último hombre auténtico nos ha dejado una filosofía de barrio difícil de superar, con citas como «el saber que soy una patata y decirlo tiene su mérito» o «no me atrevería a jurar que no tengo ni una canción de amor, pero, desde luego, no se me ocurre ninguna. Para mí, el rock es mala leche. Punto«.
