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Jorge Díaz Largo (Tracer): «La tecnología acabará con la reventa, no la legislación»

Tracer, la startup española que propone una solución a la reventa de entradas mediante tecnología blockchain, ha sido seleccionada como una de las finalistas del BIME Pro. Durante los días 24, 25 y 26 de octubre, dispondrán de un stand propio en el BEC de Bilbao y presentará su proyecto ante inversores y profesionales.

Por todo ello, en esta entrevista patrocinada, hablamos con su CEO, Jorge Díaz Largo, sobre tecnología, música y reventa. Él, por cierto, fue en su momento parte del equipo fundador de Ticketbis y lideró durante seis años al grupo encargado de lanzar la compañía a prácticamente medio centenar de países.

Solo como recordatorio: en 2016 eBay compró Ticketbis por 165 millones de dólares y esta pasó a formar parte de StubHub.

¿Qué te hizo pasar de Ticketbis a una empresa que quiere combatir la reventa?

Mi idea, y la idea de muchos dentro de Ticketbis, era crear un marketplace donde los fans pudieran vender sus entradas si no podían ir al concierto o partido. La realidad es que terminó siendo una plataforma donde la mayoría de los que operaban eran los brokers y no aportaba ningún valor a los fans. Yo tenía claro que esa forma de hacer negocio no era sostenible hasta que apareció StubHub y adquirió la empresa.

¿Qué aprendiste en Ticketbis que estés aplicando ahora con Tracer, aunque sea para hacer lo contrario?

Sabemos perfectamente cómo operan los brokers, lo que significa que sabemos exactamente qué tenemos que hacer para evitar que consigan cientos de entradas. Esa es la clave para evitar la reventa.

¿Qué futuro le auguras a la reventa online?

Cuando comenzamos Tracer, creíamos que Stubhub o Viagogo serían nuestros competidores, porque harían todo lo posible para evitar que creciéramos. A decir verdad, a día de hoy ni nos preocupan. Creemos que la reventa está acabada. La tecnología está lista para que los brokers no consigan entradas y, si lo hacen, no puedan revenderlas. Muchos de ellos van a dejar de ganar millones de euros y nuestra misión es que todo ese dinero vaya a parar a los que legítimamente lo merecen: los artistas y los promotores.

¿Crees que ha cambiado la percepción del mercado secundario en los últimos años por parte de consumidores, empresarios e instituciones?

Sí, el hecho de que ahora la reventa se pueda producir de manera online la ha hecho mucho más masiva, pero a la vez la piratería es mucho más evidente. Pero lo más interesante es que la percepción que ha cambiado es sobre el poder del artista o del promotor para evitar esta reventa. Tracer ha crecido en Los Ángeles (y buena parte de nuestros inversores son de la industria de la música americana) y tienen claro que la indefensión ante la reventa ha terminado.

¿Crees que la solución a la reventa está en la tecnología o en la legislación?

Es la tecnología, sin duda. Netflix o Spotify acabaron con el streaming de una manera mucho más efectiva que la legislación. Por supuesto, las leyes ayudan, pero en países como Francia la reventa está prohibida y sigue siendo uno de los mercados donde más facturan las webs de reventa.

El blockchain es el gran tema en todas las últimas ferias profesionales. ¿Cuáles son sus principales virtudes aplicables al ticketing? ¿Sin blockchain no habríais podido plantear una solución?

Ahora mismo vender una entrada es como dejarla caer en un agujero negro: no hay control sobre lo que puede suceder con ella. Blockchain permite al artista no sólo rastrear exactamente el recorrido de la entrada sino decidir exactamente qué quiere que suceda con cada una de ellas: ¿el fan puede revenderla? ¿Hay un límite de precio? Nosotros desarrollamos la tecnología para que definir esas reglas sea muy sencillo.

¿Cuál es el objetivo a corto plazo de Tracer? ¿Y a largo plazo?

A corto plazo, estamos trabajando con partners estratégicos para que nuestra tecnología sea cada vez mejor. A largo plazo, queremos que todas las entradas del mundo sean Smart Tickets.

¿En qué mercados estáis operando o intentando operar?

Ahora mismo tenemos presencia en España, Inglaterra y Latinoamérica.

¿Qué barreras os estáis encontrando? ¿Cambian según el país?

Cualquier cambio lleva tiempo, pero la apertura hacia un cambio de paradigma tan importante ha sido muy positiva y va a hacer que la transición sea más rápida de lo que nosotros mismos esperábamos.

En vuestra propuesta, el móvil como dispositivo es indispensable. ¿Qué beneficios y qué defectos puede tener depender de un smartphone para vender tickets?

La compra de entradas puede realizarse igualmente desde taquillas, web, etc. Lo que cambia es que la entrada ahora es digital: es un código QR dinámico asociado a un único dispositivo y comprador. Estas características la convierten en una entrada imposible de falsificar, transferir o revender fuera de las plataformas designadas.

Lo único que no tiene la entrada móvil es el recuerdo en papel. Todos guardamos entradas de conciertos que nos han marcado. Pero eso podría ser vendido como un producto aparte (y además de mejor calidad, que no desaparezca la tinta al poco tiempo!).

Sinceramente, la entrada móvil no solo es más cómoda y rápida, sino que abre un mundo de posibilidades enorme.

¿La tecnología que usáis está implantada en todos los modelos de teléfono a día de hoy?

Nuestras entradas se pueden ver en cualquier teléfono. El sistema es tan sencillo como recibir un mensaje con un enlace para acceder a ellas, solo tienes que tener un smartphone.

¿Qué pasa con aquellos sectores de la población que, aunque parezca mentira, podrían no disponer de un smartphone todavía? Pienso, por ejemplo, en personas mayores.

Disponemos de un sistema manual que permitiría a estos grupos de personas el acceso al recinto sin ningún problema.

En caso de no poder ir al concierto, la entrada con la tecnología que planteáis, ¿podría transferirse a otra persona? ¿Cómo?

En el caso de no poder ir y querer transferir la entrada a otra persona hay dos opciones: si la otra persona es tu amigo, conocido o familiar, hemos creado un sencillo sistema de transferencia de entradas que mediante una pregunta a ambas partes verifica la identidad de la persona que recibirá las entradas y autoriza ese traspaso.

Si la transferencia es a un desconocido, se tendrá que gestionar a través de la plataforma que el promotor o el artista hayan habilitado y siempre bajo sus reglas.

Una de vuestros puntos fuertes es la gestión de los datos. Cuéntame un poco sobre eso. ¿Qué gestión hacéis vosotros de los datos que recibís de los promotores?

Durante los meses que llevamos trabajando con Tracer, muchos promotores nos comentaban que o bien no reciben la totalidad de los datos de sus ventas de entradas o bien no saben cómo explotarlos al máximo.

Nosotros, en esencia, somos una empresa de datos. Los datos permiten saber si una campaña está funcionando o hay que realizar algún cambio. También son esenciales para saber cuál es el precio adecuado al que se tienen que vender las entradas. Los datos son la llave de todo, y los revendedores han usado esos datos en los últimos años mientras la industria primaria se quedaba atrás. Es momento de que eso cambie.

Nosotros ponemos a disposición de los promotores, del artista y manager un dashboard que muestra todos sus datos de ventas por canal, demografía, etc. en tiempo real y les ayudamos a interpretarlos para, por ejemplo, poner mejor el precio a sus entradas ajustándolos a la demanda del mercado.

¿Sois competencia, entonces, de las ticketeras convencionales?

No somos competencia de las ticketeras convencionales, al contrario, queremos que nos vean como la tecnología que pueden usar de la manera que quieran y que les puede ayudar a optimizar y maximizar los ingresos que reciben por las entradas que venden.

Entre vuestros inversores está gente como James Murphy, de LCD Soundsystem. ¿Cómo llegasteis a ellos?

Este año hemos formado parte de Techstars Music en Los Ángeles, una de las aceleradoras de startups más importantes del mundo. En el programa colaboran grandes firmas de la industria del entretenimiento, como Spotify, Universal, etc. A través de esta red hemos conseguido llegar a ejecutivos, artistas y managers de artistas internacionales que se han interesado y han querido invertir en el proyecto. Como comentaba al principio, hay un gran movimiento desde dentro de la industria que está luchando para acabar con la reventa. Por cierto, James, además de ser un artista genial, es absolutamente maravilloso en persona.