Un día extraño

Barcelona, a 20 de Mayo del 2015

Hoy he tenido un despertar extraño, rugió mi despertador, pero algo no sonaba o sonaba raro, tan solo un pitido molesto y palabras. Es todo lo que he escuchado en la emisora que tengo programada en el despertador. Lo primero que he pensado es que alguno de mis hijos me había cambiado la emisora. “Vaya broma me han gastado” he pensado. Sin hacer mucho caso, me he levantado, duchado y vestido. Todo muy diferente… algo no cuadraba, he sentido que faltaba algo importante.

Después de desayunar, me he sentado en la oficina a trabajar con esa sensación inusual de que faltaba algo. He enchufado la radio de nuevo, en la emisora con la que normalmente me informo de las noticias del día. Esa sensación de vacío seguía ahí, pero concentrado en responder los emails del día no he prestado atención. Sí, oía las noticias, pero faltaba algo…

Cansado de esa sensación, he puesto Radio3 para oír las novedades del día y, justo en ese momento, casi tres horas y pico mas tarde de haberme levantado, me he dado cuenta de lo que pasaba, de lo que me faltaba … ¡¡¡no había música!!! En la emisora solo tertulias sobre la situación de la música y la cultura en este país, donde se penaliza con una carga impositiva inimaginable en cualquier otro país europeo la creación, la distribución, la grabación, las programaciones, los conciertos y festivales de música,…

Lo había olvidado, es 20 de Mayo del 2015, el día que la industria musical, los músicos, los medios de comunicación y la sociedad en general, había escogido declarar “UN DÍA SIN MUSICA” como protesta por una situación injusta para la cultura y la música especialmente.

La destrucción de empleos, empresas, autónomos, salas, recintos, festivales y creadores de la industria de la música. El cargo a las arcas publicas o la falta de ingresos de las mismas por prestaciones de desempleo, impuestos de sociedades, ingresos por IRPF de nóminas o autónomos, la actividad económica del sector en general…. Debilitar el impacto económico transversal que la industria musical genera en turismo. Todos estos factores son inmensamente más dolosos que el posible incremento de recaudación que ese estúpido IVA al 21% haya podido generar durante este periodo negro para la música. Los números cantan, aunque sea 20 de Mayo de 2015.

Mal despertar hoy cuando he meditado sobre esta cuestión, cuando no he podido escuchar algo tan humano y básico como la música. No sé si podré aguantar otro día sin música, así que, ¡¡¡por favor!!!, ¡¡¡que algún político inteligente (si los términos son compatibles) ponga cordura en este país y cambie esta situación insostenible, revanchista y mísera!!!