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Un nuevo grito por un IVA cultural reducido, a la medida de Europa

«España tiene el IVA más alto de la zona euro» y solo hay un partido de los principales que concurren a las elecciones del 20 de diciembre que no ha incluido en su programa la reducción desde el 21 por ciento del impuesto que grava las entradas de cine, teatro y música: el Partido Popular, el grupo que gobierna y que en 2012 decidió la subida.

Estas son las principales conclusiones y al mismo tiempo los motores que justifican la campaña puesta en marcha por la Unión de Asociaciones de las Industrias Culturales, de la que forma parte APM (Asociación de Promotores Musicales), FAETEDA (Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza), ARTE (Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo), FAPAE (la confederación de productores audiovisuales españoles) y FECE (Federación de Exhibidores de Cine).

Se trata de un spot titulado Europa y nosotros, mira la diferencia, en el que se constata la diferente sensibilidad que existe en torno a esta cuestión entre España y los países de nuestro entorno.

En la mente de todos, el caso de Francia, donde las entradas de conciertos y salas de cine tributan al 5,5 por ciento, mientras que las del teatro rinden solo un 2,1 por ciento hasta que se superan las 140 representaciones, cifra a partir de la que se considera amortizada una obra.

Frente a ese «paradigma de la cultura», las industrias culturales españolas han reclamado un pacto de Estado que las saque de un modelo más propio de «los años 80 o 90» y el fin de «una fiscalidad confiscatoria» que las ha dejado «en pérdidas claras, sin posibilidad de invertir y abocados al cierre, con las consiguientes pérdidas de puestos de trabajo».

El último Anuario de la SGAE ya constató cómo el sector de la música en directo había acumulado desde 2008 una disminución del 31,8 por ciento en el número de conciertos y del 35,8 por ciento en el número de espectadores.

En el fondo de la cuestión, según han destacado, se encuentran esos 13 puntos de más en IVA (del 8 por ciento original al 21) que los promotores de conciertos han absorbido para no repercutirlos en las entradas, en un momento de crisis económica en el que los bolsillos no estaban para mucha fiesta, y que se han comido el escaso «margen del 15 o el 20 por ciento» del que disponían.

Menos actividad empresarial, significa menos recaudación en concepto de Seguridad Social e IRPF de los trabajadores despedidos, como constató un informe del Gobierno vasco.

«Kurt Cobain decía que la música es sinónimo de libertad, también lo es la cultura en general. Después de tres años entre la espada y la pared, cualquier tropezón significa que la cosa se acaba, que no podemos reinvertir en seguir empujando nuestra industria, que los nuevos talentos no pueden emerger y que no queda ya margen de maniobra», ha subrayado Pascual Egea, presidente de APM.

En referencia al PP, el presidente de Fix Music ha coincidido con el mensaje del resto de sus compañeros de mesa: «Todos los grupos que se presentan a las elecciones nos están apoyando excepto uno, ojalá recapacite. Tengamos en cuenta que en el mundo de la cultura somos 500.000 trabajadores, que también votamos y que desde luego sabemos a quién no hacerlo«.