Como parte de estas reformas, el ministerio de cultura ahora opera un sitio web y una línea telefónica donde los fans y los organizadores de conciertos pueden denunciar ventas ilegales de entradas.
Como parte de estas reformas, el ministerio de cultura ahora opera un sitio web y una línea telefónica donde los fans y los organizadores de conciertos pueden denunciar ventas ilegales de entradas.

Victoria contra la reventa de tickets en Corea: legislación que prohíbe el uso de bots y nueva plataforma de vigilancia

Fuentes: IQ Magazine y Korea Herald

El auge vertiginoso del K-pop ha desencadenado una demanda sin precedentes de entradas para conciertos entre los fans de todo el mundo. Sin embargo, este aumento en la popularidad también ha desencadenado una feroz batalla por las entradas que se agotan en cuestión de segundos después de salir a la venta.

Lamentablemente, esta alta demanda ha dado lugar a una tendencia preocupante: los revendedores se aprovechan del frenesí utilizando bots para adquirir entradas en grandes cantidades y revenderlas a precios exorbitantes en el mercado secundario especulativo, también conocido como reventa.

El presidente de la Asociación de la Industria Discográfica de Corea, Yoon Dong-hwan, reveló al Korea Herald que más del 50% de las entradas agotadas para conciertos suelen terminar en manos de revendedores. Esta práctica no solo supone una significativa pérdida de ingresos para la industria del K-pop, que invierte considerablemente en su talento, sino que también afecta al sector de la música clásica y las producciones teatrales. Yoon observó que en ocasiones los revendedores acaparan más del 70% de los asientos, y señaló que la introducción de bots ha acelerado este preocupante fenómeno.

Aunque la afirmación del 50% del inventario de Yoon no está respaldada oficialmente, las estadísticas muestran un dramático aumento en la reventa de entradas en el país. La Agencia de Contenidos Creativos de Corea reveló que los informes de ventas ilegales de entradas pasaron de solo 359 en 2020 a 4,224 en 2022. Según una encuesta de la asociación de sellos de Yoon, el 32.8% de las personas de entre 19 y 29 años admitió haber comprado entradas en reventa al menos una vez, mientras que el 25% de los encuestados de entre 30 y 40 años reconoció haberlo hecho.

El Korea Herald ha abordado este tema en una serie de artículos, destacando las enormes ganancias que obtienen la reventa online. En un artículo de diciembre de 2023, el periódico informó que las entradas de reventa para la popular banda de chicos The Boyz alcanzaban hasta los 7 millones de wones (€4,812), mientras que los asientos VIP para Sung Si-kyung se vendían por 1,199,900 wones (€825), comparados con el precio original de alrededor de 150,000 wones (€103) para ambos.

Hecha la norma, hecha la trampa

Además, los revendedores han ideado estrategias astutas para eludir la detección. Algunos optan por reclamar personalmente las entradas en la taquilla y las entregan a los compradores justo antes del espectáculo para evitar controles de identificación. Otros cancelan sus entradas según un horario previamente acordado, permitiendo a los compradores reservarlas nuevamente rápidamente y acceder al concierto con entradas a su nombre. Además, algunos atraen a los compradores antes de que se inicien las ventas de entradas, promocionando servicios de compra a través de intermediarios utilizando software automatizado, es decir, a través de un proxy utilizando macros los revendedores están promocionando la posibilidad de comprar entradas mediante un intermediario (proxy) que actúa en su nombre, utilizando programas informáticos automatizados (macros) para realizar múltiples compras rápidamente en el momento en que se ponen a la venta las entradas. Esto les permite adquirir grandes cantidades de entradas.

La respuesta de los artistas

En respuesta, los artistas han implementado sus propias medidas para combatir la reventa. La estrella del K-pop IU amenaza con prohibir de por vida a cualquier miembro de su club de fans que venda entradas ilegalmente, mientras que el cantante Jang Beom-june se asoció con Hyundai Card y utilizó NFTs para frustrar a los revendedores en su concierto de febrero en Understage en Seúl, tras haber cancelado conciertos en enero debido a la reventa.

Un duro golpe a la reventa con la Ley anti-bots. Hasta un año de prisión y multas de casi 7.000 €

Los activistas contra la reventa en Corea del Sur celebran una victoria tras el compromiso del gobierno de implementar una nueva legislación que prohíba eficazmente el uso de «herramientas macro» para comprar entradas, la cual entrará en vigor este viernes (5 de abril).

La nueva legislación que prohibirá eficazmente el uso de «herramientas macro» para comprar entradas, entrará en vigor este viernes (5 de abril).

Los responsables de las políticas en el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo están firmemente decididos a combatir la reventa desenfrenada que ha estado afectando los espectáculos en el país. En consecuencia, han modificado la Ley de Actuaciones Públicas para que los revendedores enfrenten ahora hasta un año de prisión o una multa de 10 millones de wones (€6,880) por infringir la ley.

Los activistas habían denunciado que las leyes existentes en Corea del Sur eran obsoletas, ya que la legislación relevante se remontaba a medio siglo atrás, mucho antes de que se contemplara la venta de entradas digitales y el uso perjudicial de bots.

«La reventa de entradas amenaza la base del orden del mercado para nuestra cultura y deportes, y nosotros, el ministerio, tomaremos acciones severas en su contra»

declaró el Ministro de Cultura Yu In-chon

«El Ministerio de Cultura implementará diversas políticas para erradicar y prevenir la reventa de entradas, restaurando así el orden en el sistema de distribución de los campos de cultura y deportes».

Un nuevo espacio para la denuncia y la vigilancia anti-reventa

Como parte de estas reformas, el ministerio de cultura ahora opera un sitio web y una línea telefónica donde los fans y los organizadores de conciertos pueden denunciar ventas ilegales de entradas.