Festivales Yourope
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La red de festivales Yourope publica los resultados de la encuesta de 2018

La red europea de festivales Yourope ha presentado los datos de una encuesta realizada a sus miembros a lo largo de la segunda mitad de 2018 con el objetivo de evaluar los resultados de la temporada en el mercado de los festivales. Yourope, fundada en 1998, es la asociación líder de festivales de música en Europa, representando a casi 100 citas de música en vivo en 26 países.

Según el informe, para los promotores de Yourope la temporada de 2018 fue buena. Solo una minoría se quedó por debajo del 80 por ciento de la capacidad de público. Sin embargo, los posibles obstáculos futuros siguen siendo una preocupación. Entre ellos, emergen cuestiones como el aumento continuo de los cachés de los artistas, la dficulad de conseguir grandes cabezas de cartel por cuestiones de disponibilidad, la competencia entre festivales, las complicaciones climatológicas y la situación económica inestable de Europa, así como el aumento también de los gastos en medidas de seguridad.

En este sentido, la situación política no parece tenerse en consideración entre los riesgos. Las consecuencias del Brexit para la música en vivo aún se desconocen, por lo que no se puede prever qué impacto tendrá en sus negocios. El supuesto general parece ser que la UE permanecerá intacta y no se verá demasiado comprometida tras las próximas elecciones europeas.

Asimismo, el documento asegura que el sector de la música en vivo actualmente se enfrenta a un proceso de consolidación, con inversores externos, en particular del sector financiero, que están comprando empresas y compañías en casi todas partes de Europa. Pero a la vez esta evolución preocupa a muchas de las empresas del sector, ya que las grandes corporaciones cada vez tienen más poder y, con él, más oportunidades de contratar a los grandes artistas, aunque sea pagando un alto precio por sus cachés. Esto, claro, podría suponer un problema sobre todo para los festivales pequeños y medianos.

Otra evolución cada vez más generalizada es la exportación de marcas fuera del mercado local: Creamfield, Lollapalooza, Sónar y Rock in Rio sirven como ejemplo. Sin embargo, no es así como abordan la exportación la mayoría de oficinas europeas, ya que centran sus estrategias en los artistas, proporcionando fondos para la distribución y comercialización de música grabada y apoyando los conciertos de artistas en el extranjero.

Así, mientras que las compañías discográficas y mánagers se benefician directamente de este tipo de medidas, los productos de música en vivo, como los festivales y recintos se benefician en el mejor de los casos solo de forma indirecta de los programas y planes de financiación de estas organizaciones. Así, desde la red europea Yourope acaban el informe lanzando una recomendación a las instituciones: repensar las estrategias de exportación de música y empezar a pensar en festivales y otras marcas vinculadas a la música en vivo como agentes de exportación y marketing en el extranjero.

De hecho, toda esta transformación que está teniendo lugar en el sector de la música es un ejemplo de cómo la innovación digital es capaz de impulsar un cambio en todos los antiguos modelos de negocios existentes e incluso en las preferencias culturales. Mientras que la industria de la música grabada ha tenido que afrontar grandes pérdidas en términos de relevancia económica desde 1997, la música en vivo no ha dejado de ganar en popularidad, como demuestran también los datos presentados por la Asociación de Promotores Musicales en el décimo aniversario del Anuario de la música en vivo.

A medida que los flujos de ingresos para los artistas han ido pasando de la música grabada a las giras y conciertos, los festivales de música también se han ido convirtiendo en un segmento de mercado con entidad propia dentro de la cadena de valor de la industria de la música. Esa transformación ha tenido lugar en un período relativamente corto de tiempo: las dos últimas décadas.

Se trata de una tendencia que se basa, en primer lugar, en los hábitos de consumo y las preferencias culturales que han ido cambiando. Y , en segundo lugar, en factores externos como la libre circulación de personas en la Unión Europea y el crecimiento de la oferta por parte de las aerolíneas de bajo coste.