Azote de conciencias y embajadores del hip hop español, SFDK vuelve a ponerse en marcha con Zatu y Acción Sánchez de nuevo al frente y un nuevo disco que hacer sonar, Redención (Boa Música), mucho más rico en lo musical. En una charla con Apmusicales, desmenuzan el sentido de este trabajo y sus próximos pasos en gira.
PREGUNTA: ¿Quién y de qué hay que redimirse?
RESPUESTA: Tras Sin miedo a vivir no parecía que pudiera haber un título mejor tras ese lema vital que se ha tatuado mucha gente. Encontramos este, que también asociamos a que el disco nos gustaba tanto en su elaboración, que, si alguna vez dejé algo mal dicho o no había aprovechado del todo el tiempo, con este disco considero que he estado bastante acertado.
P: ¿De dónde nace toda la conciencia de este álbum, que es más pesimista?
R: Me dio exceso de realidad. Yo era feliz y tonto y me dio en esta última década por leer mucho y pensar más en las cosas. Fue complicado de asimilar.
P: En La culpa de mí entonas un mea culpa respecto a tu madre: «Solo soy un bien quedao, sobre un ritmo hablando mierda, ya podía acercarme a verla y no escribir tanta canción». ¿Cuál es la trascendencia real del rap a día de hoy?
R: Yo soy de familia de tramo corto. Hoy soy famoso, pero cuando empecé con esto, a principio de los años 90, el rap no era aceptado. Llevaba unas pintas… Así que evitaba bodas, bautizos y comuniones por eso.
P: ¿Cuál crees que ha sido tu relevancia social?
R: Creo que no he cambiado mucho el mundo. A alguna persona quizás. Tenemos el mismo comportamiento desde hace siglos, con algún componente nuevo. Cómo barajamos el bien y el mal ha sido siempre igual. Mi música va de eso. Me gusta trabajar en la persona, empezando por mi persona. Si te sirve de inspiración te lo cuento.
P: El rap, por su génesis, parece estar más obligado que otros géneros a ser más duro en la representación de la realidad. ¿Es así?
R: Mucha gente cree que sí, pero el rap nació como una fiesta, para evadirse de los problemas, para huir de las bandas y las calles. En los 90 entraron grupos como Public Enemy. La crítica social es casi lo único que nos llegaba a Europa. Pero había muchas más cosas. Ahora está el trap en juego y las cosas han cambiado. Hay quien quiere escuchar estas músicas solo por desenfadarse.
«Yo era feliz y tonto y me dio en esta última década por leer mucho y pensar más en las cosas; fue complicado de asimilar»
P: Hacía cuatro años del último disco de SFDK. ¿Hacía falta este lapso para dejar respirar el proyecto?
R: En realidad hicimos el lapso antes de Sin miedo a vivir, casi 5 años. Ahí fue cuando lo dejamos descansar, porque veíamos quemado el panorama tras 15 años dando vueltas por las mismas salas, con la misma gente y todo envejeciendo. Era necesario parar, respirar, cambiar la metodología. Funcionó y este ha sido el tiempo que hemos necesitado de creación, tras año y medio de gira. Ha sido el disco más largo en el estudio. Necesitábamos volver a buscar la diversión en las canciones, cambiando músicas, instrumentaciones…
P: Hay una gran variedad de registros musicales: épica en el corte inicial, Años muertos, y «funk» en Los funkcionarios, además de ritmos africanos en Twitter. ¿Os sentís más músicos en este sentido?
R: Óscar (alias Acción Sánchez), sí. Hasta ahora, había un productor que hacía los ritmos y que se los entregaba al rapero, que entendía cómo había que hacerlos. No se le podía decir nada. Después de todo este tiempo, ahora hay productores como Óscar que están capacitados para decirte hasta la duración del rapeo para encajar el mensaje.
P: ¿Kendrick Lamar es una referencia en este sentido?
R: Sí. Me gusta mucho, me parece además un gran rapero. El rap es beber de los demás también. Por ejemplo, Snoop Dog en Atomic Dog a partir de una canción famosa, como si aquí cogiéramos los temas de los guateques de nuestros padres y las sampleáramos. En eso se basaba el rap yanqui de los 90. Pero nosotros solo bebíamos de música negra. Nos gustaba esa tendencia. No hemos hecho nada tan raro, pero este disco es más musical porque hay cambios.
«No creo que haya nadie cerrando puertas a las mujeres en el rap»
P: ¿Qué opinas de las sentencias judiciales contra raperos? ¿Hay menos libertad o es que nunca antes el rap había ocupado un lugar tan central en la agenda mediática y en las escuchas de los más jóvenes?
R: Lo habrán hecho con la intención de que la gente se autocensure. Meter a alguien en la cárcel por esto es de otra época, como partirle a alguien la nariz y llamarlo maricón. Por otro lado, es cierto que yo no habría dicho las cosas como ellos. Me puedo quejar, pero hay maneras y maneras. Ante una política que haga las cosas mal, tengo el derecho de decirle ‘hija de puta’ o hacer una crítica en la que comente que deja mucho que desear.
P: ¿Por qué hay tan pocas mujeres en el rap?
R: No lo sé, no creo que haya nadie cerrando puertas. Hay las que hay, la que quiera puede rapear. Todos tenemos las mismas oportunidades. Había al principio menos mujeres que se interesaban por el rap, pero hoy ya hay gente que puede inspirar a otras. Está guay ver a una mujer rapear y no hace falta que copien el estilo de los hombres, pueden darle su identidad. Nathy Peluso me parece muy buena, por ejemplo.
P: ¿Cómo habéis planteado esta gira?
R: Hemos ideado atmósferas distintas y estamos buscando también algo parecido en los conciertos, crear pasajes y músicas diferentes. De hecho, vamos a llevar Un instrumento nuevo que todavía no existe, de carácter electrónico.
SFDK inician gira hoy en Valencia (sala Moon) y después recalarán en puntos como el Viña Rock de la localidad albaceteña de Villarrobledo (del 28 al 30 de abril), Madrid (La Riviera, 5 de mayo), Barcelona (sala Razzmatazz, 11 de mayo) y Sevilla (Interestelar, 18 y 19 de mayo).