Existe una isla, la primera creada por el hombre, que flota a la deriva en el norte del mar Pacífico. Su tamaño es mayor que la Península Ibérica y su principal componente es el plástico. Es una isla formada de desperdicios de todo el mundo.
Un festival es el escenario perfecto para que toneladas de plástico de miles de asistentes se acumulen y vayan a parar a una isla similar que se está formando en el norte del Atlántico. En España solamente los 25 principales festivales suman más de dos millones de asistentes con sus respectivos desperdicios y aportaciones a la isla de plástico flotante.
La Raw fundation ha publicado una guía para que los festivales tengan una vía ecológica. En ella explica el por qué el plástico es tan dañino al medio ambiente, brinda un plan de acción deliberando los pasos a seguir para reducir el consumo de plástico y ejemplifica la propuesta con casos de festivales que han logrado disminuir el componente contaminante de sus espectáculos.
Guía para un festival sin plástico: Festival-Guide-20181-1
Productos contaminantes por opciones sostenibles
Vender de manera rápida grandes cantidades de botellas ha sido la solución más fácil que se ha encontrado para abastecer las necesidades de todos los asistentes de un festival. Raw lo define así: “Generalmente se percibe como la única opción práctica para los organizadores y vital para mantener las necesidades”. No obstante, existen otras opciones renovables, reusables y de larga duración que facilitan el consumo de bebidas y que son una alternativa más sostenible.
En esta categoría estarían los vasos de plástico que podrían cambiarse por vasos reutilizables o de aluminio; los utensilios de comida tales como platos, cubiertos, cajas, bowls, etc., podrían ser de material reciclado y servir para el compostaje; y los materiales de promoción y las acreditaciones podrían tener como objetivo ser reutilizadas en posteriores ediciones evitando así la concepción de estos accesorios de un solo uso.
El mantra de Raw Foundation son las tres erres: reduce, reutiliza y recicla. Son tres conceptos que se pueden aplicar en un evento multitudinario. Las acciones con más impacto se resumen en dar el primer paso para un festival sostenible: prohibir la venta de botellas de agua, establecer severas políticas en el uso del plástico en las concesiones de catering y, finalmente, evitar el uso de bolsas o envases de plástico.
Vivir sin plástico en un festival es posible
Además, se podría separar de manera efectiva la basura que se genera y discernir de entrada qué se puede reciclar y qué no. El uso de incentivos es otra de las propuestas que ha tenido respuesta en los festivales españoles. Brunch-in, Download Festival, y otros, cobran el vaso y devuelven el dinero al usuario retornarlo para así reducir residuos. Además, el vaso per se es un souvenir que los asistentes pueden llevarse a casa. La guía de la fundación explica detalladamente (pg. 16) la información necesaria para determinar los materiales que se pueden usar en este tipo de vasos y facilitar la degradación después del festival.
Actualmente la Raw Foundation está colaborando con el sector de festivales en el Reino Unido e incluso se han posicionado ofreciendo paquetes de asesoría para los organizadores. Por su parte, muchos otros festivales españoles como el Doctor Music festival y Cap Roig ya se han manifestado a favor de reducir el impacto medioambiental siendo reconocidos por la fundación A greener festival.